Carlos Joaquín González, gobernador saliente de Quintana Roo, sabe que en su gestión regresó la institucionalidad a su estado y volvió la democracia, incluyendo derechos como la libertad de expresión, que se había perdido con su inefable antecesor, Roberto Borge.
Hoy es acusado de que la seguridad es un desastre; pero es un hecho que este problema no ha afectado al turismo que tiene cifras récord de recuperación a nivel mundial, tras la pandemia del Covid-19.
En la última semana, diversos medios le están dando impulso a la noticia de que el gobernador ya tiene una invitación para ocupar en septiembre la Secretaría de Turismo en lugar de Miguel Torruco.
Dicha hipótesis no tiene sentido, porque sería poco lo que podría hacer por el turismo con una Secretaría que literalmente ha sido desmantelada.
Según esa perspectiva, Torruco ha perdido interlocución con los principales grupos hoteleros, particularmente los mallorquinos, pues no ha podido destrabar algunos problemas específicos.
En realidad no es él quien ha enfriado esa relación, sino su jefe el presidente López Obrador quien marcadamente está lejos del turismo y ello no cambiará con un nuevo titular.
Además el actual Secretario ha corrido con una suerte peculiar, ya que la deicisión del gobierno federal de dejar abiertas las fronteras durante la pandemia propició una recuperación récord de este sector en México incluso a nivel mundial.
Torruco hoy tiene interés en apoyar no sólo al próximo Tianguis Turístico en la Ciudad de México, sino a su “corcholata” favorita que es la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a quien incluso le recomendó a la nueva titular de turismo de la capital que es Nathalie Desplas.
Sobre la especie de que llegará su relevo en septiembre sólo ha dejado correr la historia, pues no hay problemas que justifiquen esa salida.
Joaquín es un político sereno, con una posición económica sólida y respetado por la gobernadora entrante Mara Lezama.
Con esas cartas y a su edad, su carrera política difícilmente estará concluyendo; pero tampoco hay razones para verlo comandando urgentemente en septiembre el futuro de Sectur.
Divisadero
Aclaración. Jorge Hernández, presidente de Fematur, escribió al autor de este espacio porque nunca dijo en el evento por el Día del Agente de Viajes que el secretario de Turismo Miguel Torruco ha sido el mejor titular de esa dependencia, como se publicó en Veranda el miércoles pasado.
En realidad fue todavía más elogioso, al señalar que Torruco es “sin duda la persona que más sabe de la materia (turismo) en nuestro país por su formación académica, experiencia laboral y conocimientos”.
“Deberías de escibir”, recomendó, “sobre mis propuestas para que los agentes de viaje en México tengamos un reconocimiento justo”.
Una suerte de carta a Santa Claus, en la que propuso que “las agencias receptivas mexicanas tengan las mismas tarifas que los operadores extranjeros” (como si no rigiera el mercado) o que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) cambie sus reglas globales para darle a las agencias un mayor plazo para el pago del BSP o cámara de compensación.
También que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) haga una campaña para que el viajero compre con las agencias establecidas y que las autoridades promuevan el slogan “compra con tu agente de viajes”.
Medidas que aplaudirían los agentes, pero ni siquiera es Navidad y los renos están descansando.