Sigue el auge turístico, pero en desaceleración

 
Gustavo Armenta
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En enero del año pasado, los ingresos por turistas extranjeros crecieron en México doce por ciento (comparado con el mismo mes de 2016), en tanto que el saldo positivo de la Balanza Turística lo hizo en 23 por ciento. Año y medio después, tenemos los siguientes números: en junio de 2018, las divisas aumentaron seis por ciento, y la Balanza Turística registró tres por ciento. La diferencia es notable… pero a la baja.

¿Esto significa que se acabó la racha dorada de la industria turística nacional, que hemos experimentado durante los últimos seis años? La respuesta es: no, pero hay que poner a remojar las barbas.



El exfuncionario y catedrático, director de la Facultad de Turismo de la Universidad Anáhuac, Francisco Madrid Flores, quien elabora un informe cuatrimestral sobre la situación de esta industria, para el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), afirma que en el estudio más recientemente realizado se registra una tendencia de desaceleración en el crecimiento sostenido de los principales indicadores, experimentado durante el actual sexenio. Es enfático al sostener que no se trata de una caída. Es decir: se sigue creciendo, para ya no a las tasas de años recientes.

Pablo Azcárraga, presidente del CNET, sostiene que uno de los factores clave de esta menor aceleración es la inseguridad, que ha provocado los warnings de Estados Unidos. Esto ha afectado principalmente al sector de Congresos y Convenciones, por presiones de las empresas de seguros; y a los hoteles, que en el último trimestre de 2017, se vieron obligados a bajar sus tarifas para no quedarse con los cuartos vacíos, disminuyendo sus ingresos entre diez y quince por ciento, aunque ya están repuntando. “Reynosa es la ciudad más lastimada por la inseguridad”, asegura.

Para no crear confusión, el último informe del CNET inicia señalando que es excepcional el momento por el que pasa la actividad turista en el mundo y en México. “A pesar de que la nueva normalidad del mundo se caracteriza por un permanente estado de inestabilidad, se acumulan ocho años consecutivos de crecimiento mundial y en México suman ya seis los años en los que las llegadas de turistas internacionales se incrementan con gran vigor”.

En cuanto a la llegada de turistas foráneos, México arrancó el gobierno actual (2012) con crecimiento cero, para lograr un 3.2 por ciento en 2013 (con respecto al año previo); en 2014 dio un inusitado brinco al alcanzar un aumento de 21.5 por ciento, para luego bajar a 9.4 y 8.9 por ciento en los dos siguientes años. Pero en 2017 repuntó a los dos dígitos, al cerrar con 12 por ciento.

En promedio, de 2012 a 2017 en nuestro país este crecimiento fue de 10.9 por ciento anual, en tanto que el turismo global lo hizo al 4.8 por ciento. En el primer semestre de 2018, la Secretaría de Turismo reportó un alza de 7.3 por ciento; en tanto que los ingresos crecieron 4.3 por ciento, pero no hay que olvidar que los dos principales periodos vacacionales: verano e invierno, se dan en el segundo semestre.

Un tema que el CNET califica como crítico, es del gasto de los “turistas de internación”. En 2015 alcanzó un pico de 892 dólares por viajero, para luego ir disminuyendo hasta llegar a los 827 dólares en el primer semestre de 2018. El informe señala que en los últimos cinco años este renglón ha tenido un desempeño débil, lo que en parte se explica por la devaluación del peso.

Por su parte, la Sectur informó que el gasto medio de “los turistas” presentó una baja de 2.5 por ciento de enero a julio de este año, al pasar de 517 a 504 dólares.

Aunque ambos citan como fuente al Banco de México, hay una gran diferencia entre las cifras que maneja el CNET y las de Sectur. Este desbalance tal vez se deba a que Sectur incluya en su promedio a los excursionistas, que son quienes no pernoctan en el país y sólo hacen visitas de entrada por salida y gastan mucho menos.

En conclusión, para el CNET las cinco señales de que estamos en un proceso de desaceleración son: la reducción en el primer semestre de 2018 en la tasa de crecimiento, tanto de los ingresos totales, como de los turistas de internación; la contracción de la Balanza Turística (“es marginal, pero contracción al fin”, comentó Madrid Flores); la caída del gasto medio de los turistas aéreos (desde marzo de 2017 cada mes es inferior al del mismo mes del año anterior); la reducción de las tasas de crecimiento de los pasajeros internacionales en los principales aeropuertos turísticos en el primer cuatrimestre del año; y el decremento del flujo turístico aéreo proveniente de Estados Unidos en los últimos diez meses.

Por lo tanto, el organismo empresarial hace un llamado para que gobierno e industria reconozcan “el aparente cambio” en los patrones de crecimiento y trabajen de inmediato en la adopción de medidas que permitan atenuar y revertir esta tendencia.



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