La otra “cara de la moneda” del éxito de Xcaret

 
Carlos Velázquez
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Hace años Grupo Xcaret, que preside y dirige Miguel Quintana Pali, lanzó una campaña de publicidad: “Si vas a Xcaret, no olvides visitar Cancún”.



Concepto original y atrevido que divirtió a muchos, aunque no faltaron los acomplejados que lo criticaron por “excedido”.

Cancún es la “marca destino” más poderosa del país y recuerdo la frustración de Enrique de la Madrid, como secretario de Turismo, quien contaba en una feria en Londres (WTM) que algunos empresarios británicos no sabían que Cancún estaba en México.

Con más de dos millones de visitantes al año, Xcaret es probablemente la marca privada nacional más poderosa del Caribe Mexicano y, también por ello, es lamentable que el viernes pasado tres canadienses hayan sido víctimas de un ataque con arma de fuego en el Hotel Xcaret México.

El primero en morir era un criminal perseguido por la justicia canadiense por delitos como lavado de dinero y crimen organizado; el segundo también tenía antecedentes legales en su país.

Ellos dos y una tercera persona, que está en un hospital en Playa del Carmen, eran huéspedes del hotel mencionado.

Allí llegó el homicida a bordo de un taxi, entró a la recepción, alguien le proporcionó un brazalete y luego deambuló por las instalaciones, hasta que cometió los delitos premeditados y después se fugó a través de las reservas naturales de Xcaret.

La empresa ofreció todas las facilidades a las autoridades, emitió un comunicado lamentando los hechos; pero los medios y las redes nuevamente magnificaron la noticia como ha sucedido en otras ocasiones.


El chofer del taxi en el que llegó el homicida ya fue capturado, lo mismo que una mujer que los acompañaba; el autor material del crimen es perseguido y hasta ahora los medios canadienses han reconocido y consignado la mala fama de las víctimas.

El gobernador Carlos Joaquín conversó el sábado con el embajador canadiense Graeme C Clark y las autoridades de ambos países están en contacto.

Pero de nuevo en los medios nacionales e internacionales se habla de la violencia y la inseguridad en Quintana Roo y la Riviera Maya.

Xcaret no se ha escapado, pues por su tamaño y crecimiento, que se ha acelerado en los últimos años, atrae el interés de un número creciente de personas.

Xcaret es sinónimo de reconocimiento a la cultura mexicana, de creatividad, de disrupción, de innovación, de cuidado a la naturaleza, de responsabilidad social, de compromiso con sus empleados y de muchos otros aspectos positivos.

Aunque en el último año ha padecido por un descuido humano que provocó la muerte de un niño; también por un encuentro mal manejado con un jaguar en su Ruta de cenotes y ahora porque no evitaron la entrada de un homicida a uno de sus hoteles, que además llegó armado o recibió allí una pistola y una pulsera exclusiva para los huéspedes registrados.

No es esquivocado decir que debido al tamaño de la empresa los problemas también cobran dimensiones mayores y, aunque ninguno de los dos eventos previos provocó cancelaciones o que llegaran menos visitantes, este grupo tiene el reto de extremar el cuidado de la seguridad.

Se trata de la “otra cara de la moneda” de aquella misma campaña, que le pedía a quienes fueran a disfrutar de sus parques que no dejaran de darse una vuelta por Cancún.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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