Mientras en México crece la discusión sobre si el país saldrá o no de la lista de los países más visitados del mundo, hay mucho que se podría hacer para aumentar el gasto y las estancias promedio de los viajeros internacionales que visitan los destinos mexicanos.
En realidad no se trata de inventar el “hilo negro” y a escala mundial hay varios ejemplos exitosos sobre cómo incrementar el gasto de los turistas más allá del número de viajeros.
1. México ya no tiene un destino favorito entre los ricos y los famosos. Los Cabos ocupó ese lugar en el pasado, pero en los últimos años se ha vuelto más popular con la llegada de hoteles masivos como Ríu y por la crisis económica en Estados Unidos.
Mientras en el Caribe hay casos notables como St. Bartz o Punta Cana, donde se protege la privacidad de los famosos y se fomentan actividades como el turismo náutico.
El Proyecto Mar de Cortés, en el sexenio de Vicente Fox, buscaba ese mercado y sería el ancla para desarrollar nuevos campos de golf e infraestructura hotelera.
Sin embargo, privó la visión de canalizar los recursos a Huatulco y hoy ni ese destino despegó, pero además se perdió la oportunidad de desarrollar las marinas en el Golfo de California.
2. Faltan productos novedosos para promover las estancias largas, alternativas que atraigan a viajeros como los rusos que hoy sólo comienzan a identificar las opciones que hay en Cancún y la Riviera Maya.
3. No hay suficientes incentivos de compras. La devolución al impuesto al consumo para los extranjeros es difícil de operar y tampoco hay un esfuerzo organizado para que algunos destinos mexicanos representen ventajas competitivas hacia los fans de esta actividad.
4. Hay que reforzar la promoción sobre la gastronomía. Hoy Perú, un país que tiene una gama gastronómica regional mucho más ajustada que la de México, se promueve como el principal destino culinario de América Latina.
México tiene, por ejemplo, tres establecimientos en la lista de los 100 mejores de la famosa revista inglesa Restaurants y Perú sólo uno; además México cuenta con el reconocimiento a su cocina como Patrimonio Intangible de la Humanidad otorgado por la UNESCO.
Sin embargo Perú, se sigue posicionando en la mente del viajero como el país donde mejor se come de Latinoamérica.
5. Son insuficientes las opciones novedosas de hospedaje. Mientras en Sudamérica se han desarrollado empresas como Explora o Remota, que justifican sus elevadas tarifas por noche por persona en base a las experiencias que ofrecen, aquí no hay nada semejante.
La lista es mucho mayor y un reto para la próxima administración federal debe ser cómo subir el gasto de los viajeros, no por un concepto elitista sino porque ese nicho es el que genera una mayor derrama económica.
