¿Impulsarán los casinos la actividad turística?

 
Nallely Campos
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La nueva Ley Federal de Juegos y Sorteos, que se está cocinando en la Cámara de Diputados, busca tener el potencial de fortalecer diversos destinos turísticos, una propuesta que falló hace dos sexenios.



Durante el gobierno de **Vicente Fox** hubo un esfuerzo importante por alentar el desarrollo de destinos turísticos apoyados en los juegos con apuesta, lo que nunca sucedió.

Incluso los dueños de algunas cadenas de hoteles hicieron cabildeo en contra de la iniciativa, con argumentos como los riesgos que implicaba para la seguridad del país alentar los casinos, además de las consecuencias sociales indeseables como la ludopatía.

En un hecho inusitado, los casinos proliferaron a través de una modalidad extraña que sólo permitió las máquinas de apuestas y que lejos de atraer grandes inversiones dio origen a pequeños establecimientos en diversas ciudades del país.

Ahora la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales pretende generar una normatividad más estricta, que impida permisos “paraguas” o múltiples para abrir varios casinos y que impulse grandes proyectos de hospedaje.

En nuestro país también hay cadenas hoteleras mexicanas que han apostado por impulsar megadesarrollos con miles de cuartos y para los cuales los casinos serían un complemento importante.

Sin embargo, ello dista mucho de que exista la posibilidad real de fundar un destino a partir de los casinos como sucedió con Las Vegas.

De hecho lo que ha sucedido en Estados Unidos es que otras ciudades orientadas a los juegos con apuestas viven una situación muy complicada, como le pasa a Atlantic City, cerca de Nueva York, donde han quebrado varios casinos.

Si la normatividad es correcta, un casino puede atraer inversiones en destinos no consolidados como Puerto Peñasco y Huatulco.

La otra opción sería apoyar pequeños destinos y comunidades empobrecidas, siguiendo el modelo de las poblaciones indias en estados de la Unión Americana como Nuevo México y Arizona.

Si la visión turística es la correcta, ciertamente este proyecto impulsará la competitividad de México; sin embargo, pueden prevalecer otros intereses como ya sucedió la ocasión pasada.

**Divisadero**

Four Seasons. **José Adames**, director en la Ciudad de México de este hotel orientado a los viajeros de negocios de alto poder adquisitivo, anunció ayer la renovación integral de este inmueble mediante una inversión de 14 millones de dólares.

Entre los cambios más importantes, el restaurante Reforma 500 será reemplazado por un establecimiento de comida italiana, operado por el Grupo Becco.

Además contará con una barbería Gentlemen’s Tonic, de origen londinense y la fachada del establecimiento y los interiores serán renovados por la firma francesa Gilles & Boissier.

Si Four Seasons fue durante muchos años uno de los hoteles más buscados por los clientes corporativos de la capital mexicana, hoy enfrenta un ambiente de más competencia.



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Periodista especializada en turismo

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