Imponen retos a funcionarios de Sectur

 
Alonso Gordoa
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Las historias personales de **Steve Jobs**, fundador de Apple, y **Bill Gates**, de Microsoft, son ejemplos extremos de que no se necesita la educación formal para destacar en la vida y hasta para cambiar la historia.



Sin embargo, en el mundillo de la administración pública mexicana esto no aplica y hoy el Servicio Civil de Carrera (SCC), bajo el diseño que impulsó **Ramón Muñoz**, otrora poderoso jefe de la Oficina de la Presidencia con **Vicente Fox**, ha sido un dolor de cabeza para algunos funcionarios públicos.

Los del turismo quedan fuera del tema y ahora mismo hay varios que están sacando a toda prisa sus cédulas profesionales, presentando exámenes y asumiendo que ser funcionario público no es cosa fácil.

Al inicio de esta administración varios directores generales, como **Juan José Martín Pacheco** y **Ricardo Rebollo**, entraron como directores generales interinos, con la idea de que este año cumplirían con diversos requisitos formales.

Entre ellos presentar los exámenes ante el SCC que acrediten formalmente sus conocimientos turísticos.

No hay duda que saben del mercado; por ejemplo, Martín Pacheco fue secretario de Turismo de Yucatán y desde hace muchos años ha sido empresario de la Hotelería.

El hecho es que entre los requisitos formales y la previsible nueva estructura de la Sectur, que incluirá una nueva subsecretaría para retomar las funciones originales de la Oficialía Mayor, todavía se prevén cambios y caras nuevas en la dependencia.

Por ejemplo en Londres, durante el World Travel Market, estuvo por allá **Agustín García Villa**, un ex colaborador de Bancomext, quien estará al frente de la dirección general de inversiones de la Sectur, una de las propuestas de esa nueva estructura.

Divisadero

¿Buenos Aires? Quien está pasando un trago amargo es Despegar, la agencia de viajes por internet que dirige en México **Vince García**.

En una de esas historias propias del turismo y la nueva realidad de las ventas digitales resulta que hubo un ajuste de precios en los boletos aéreos entre Buenos Aires y la Ciudad de México, y por error salió una inverosímil oferta de 43 dólares por viaje redondo.

El problema fue que alguien cerró la primera compra y dio la voz de alarma en las redes sociales, así es que muchos entusiastas viajeros consideraron que era una oportunidad única y se volcaron a adquirir más boletos.

Tan era una oportunidad única, que se habla de la venta de unos dos millones de dólares en boletos de a 43 dólares.

Hay varias aerolíneas involucradas que por supuesto no habían autorizado esa tarifa, así es que ahora la agencia está viendo cómo respaldará el quebranto.

Hay una investigación interna para saber en dónde estuvo el problema, que nuevamente muestra la extraordinaria penetración de las redes.



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