Empresarios “dan la cara” en Colombia ante errores de Migración

 
Carlos Velázquez
hrs.

Este año un número importante de profesionales y empresarios del turismo mexicano se trasladó a Bogotá, Colombia, donde se realiza la Vitrina Turística, la Feria Anual de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato).



Si bien Colombia se ha convertido en uno de los destinos emisores de viajeros más importantes para México, de hecho, el tercero después de Estados Unidos y Canadá, dado que la pandemia afectó el arribo de los británicos cuya participación de mercado no se ha podido recuperar.

Fueron casi 841 mil turistas quienes llegaron de Colombia, 42.5% arriba de los que llegaron en 2019, es decir antes de la pandemia del Covid-19, según cifras de la Secretaría de Turismo (Sectur).

A los colombianos les gusta mucho el Caribe mexicano y también vuelan a la Ciudad de México, para hacer negocios o como punto de distribución hacia otras partes.

Esto, claro, si no se encuentran con un agente migratorio “temperamental” o claramente corrupto del Instituto Nacional de Migración, cuyo comisionado es Francisco Garduño, un doctor en Derecho quien para acabarla de amolar tiene una maestría en Derechos Humanos.

Precisamente son esos derechos los que violan sus agentes, cuando pretenden autorizar discrecionalmente cuáles son los colombianos que pueden ingresar a México y cuáles no aunque lleguen juntos y formen parte de la misma familia.

Esos que también dan permisos de estancia por cinco días, cuando ven que los turistas tienen una reservación en México por siete día o más.

¿Cuál es la solución más sencilla?

Pues que esos visitantes, en el supuesto país de la “no corrupción”, les “brillen” un billete, de preferencia de color verde, para entonces sí ajustar los permisos, lo que no debería costarles un centavo.

Los escándalos y las críticas han sido tantas y de tal magnitud, lo mismo que el trabajo de la embajada y los consulados colombianos, que Jesús Almaguer, el presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y anexas, le dijo al autor de este espacio que obtuvo un nuevo compromiso del delegado del INM en Quintana Roo.

Éste fue que será suficiente con que el visitante de Colombia muestre una reservación de hotel y su boleto de regreso a su país, para que lo dejen pasar sin más trámite.

Así es que este año, además de hacer negocios y vender cuartos noches, los empresarios mexicanos van, también, a “dar la cara”, a ofrecer explicaciones, a detallar de lo que están haciendo, cuando es a los agentes migratorios a los que se les debería de “caer la cara de vergüenza” por su falta de ética.

Mientras tanto en la feria de Anato, el país invitado es República Dominicana que es uno de esos países con playas de arena blanca y mar de color azul turquesa, que ya se dio cuenta que le pueden quitar algunos o muchos turistas de ese país a México.

No sólo porque tienen una conectividad aérea creciente, sino porque ellos no tienen servicio migratorio híper corrupto y porque además cuentan con los recursos necesarios para hacer promoción de su país, lo que aquí se perdió con el cierre del Consejo de Promoción Turística.

Es positivo que los dirigentes del sector privado y los empresarios del turismo vayan a dar su versión, pero sería mejor que pudieran invertir su tiempo en actividades más positivas.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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