El sobreturismo, un temor que alienta el odio

 
Carlos Velázquez
hrs.

No sólo el gobernador de Nuevo León, Samuel García, y su esposa Mariana Rodríguez, la señora fosfo fosfo, están de vacaciones en Europa sino otros muchos mexicanos hacen lo propio y se quejan de los malos tratos debido al “sobreturismo”.



Una palabrita que tiene una base racional, aunque en el fondo se está convirtiendo en otra manifestación del racismo, el clasismo y otras versiones de la discriminación.

ONU Turismo, como se llama ahora la Organización Mundial del Turismo, propone como solución promover destinos menos explorados y apreciar culturas menos conocidas, lo que deja la posible solución del lado de los viajeros.

Pero hasta ahora ha habido pocos avances efectivos en términos de políticas públicas, para resolver una situación que ha tocado de refilón a México.

La llegada de los nómadas digitales a las colonias Condesa y Roma en la CDMX, ciertamente las ha encarecido debido al mayor poder adquisitivo de estos últimos.

Los mexicanos que se han tenido que mudar o que ya no les alcanza el dinero para comprar panes de a 70 pesos la pieza, llegan a comentar que estaban mejor antes de que arribaran esos extranjeros.

En cambio la vida de muchos está cambiando para bien, pues se están generando negocios, hay mayor derrama de dinero y muchos están expandiendo sus horizontes al entrar en contacto con personas que hablan otros idiomas o provienen de otras culturas.

En general los seres humanos repelemos el cambio, aunque hace mucho Darwin dijo con exactitud que las especies ganadoras son las que mejor se adaptan.

Hace una década en Seattle, cuando principalmente fueron los propios estadounidenses quienes llegaron a esa ciudad con buenos salarios de corporativos como Amazon o Starbucks, también encarecieron las rentas, las propiedades y el pan de dulce.

Allá el gobierno estableció un impuesto, para construir vivienda de interés social y que los desplazados, siguieran teniendo acceso a un buen nivel de vida, aunque ya no vivieran en los primeros cuadros de esa ciudad.

La solución ha sido a medias pues, como sucede también en San Francisco, en Seattle cientos de personas sin casas y sin trabajo siguen aferrados a las drogas y a las camas de cartón en parques públicos que se encuentran junto a hoteles suntuosos como el Four Seasons.

Ahora hay ciudades como Venecia donde se está limitando el número de visitantes y se les cobra una cuota por descender de los cruceros o como Sevilla donde no se ha descartado un proyecto para cobrar por pasear por las principales plazas.

¿Cuánto perderían esas ciudades si realmente se prohibiera el turismo?, no solo a nivel económico sino a nivel del desarrollo humano.

¿Hasta qué punto el sobreturismo proviene del temor que, como sabemos, después deriva en el odio? 

Los gobiernos tienen que trabajar en las políticas públicas, pero no con la visión de ganar votos alentando ideas que han estado detrás de grandes tragedias para la humanidad.

Divisadero

Premio. Javier López Casarín inició su carrera en la política colaborando con Marcelo Ebrard y recientemente sorprendió tras ganar la alcaldía de Álvaro Obregón, en la CDMX, derrotando a Lía Limón, una de las cartas fuertes del PAN.

Ahora acaba de ganar el Premio Defensor de la Óptica 2024, que otorga Advancing Optics and Photonics Worldwide, que otorga a los políticos que han contribuido al desarrollo de la ciencia de la luz.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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