Tras el escritorio de **Enrique de la Madrid**, desde septiembre pasado secretario de Turismo, hay una pequeña foto del expresidente **Miguel de la Madrid**, portando la banda presidencial.
De hecho, **Enrique** fue, en una familia de cinco hermanos, el que siguió más de cerca la carrera política de su padre y el único que ha tenido cargos tanto en el sector financiero como en la administración pública.
Por ello sabe que el tiempo es importante y considera que los poco más de tres años que le quedan a esta administración, son suficientes para concretar cambios relevantes en el turismo.
Las claves, dice, están en el “modito” con que se ejecuten y también en elegir los asuntos que “muevan la aguja”, que cambien el marcador.
Así es que en estas semanas ha platicado con muchas personas involucradas en la actividad turística, para entender los problemas y elegir sus batallas; de modo que el turismo que hoy va al alza genere más empleos y crecimiento.
Su estilo recuerda a un servidor público de una democracia madura, pues se mueve con muy poca gente; como relatan quienes lo vieron en la reciente reunión de ministros de la Organización Mundial de Turismo (OMT) en Colombia, a donde llegó con un solo colaborador.
Además suele viajar en asientos de avión de clase turista y tampoco ha solicitado los aparatos del Estado Mayor Presidencial.
Otro dato es que llegó con un equipo mínimo a la Sectur y ya ratificó tanto a **Rodolfo López Negrete**, en el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), como a **Héctor Gómez Barraza**, en el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur); lo mismo que a los subsecretarios.
Claro que alguno, por decisión propia, se puede ir pronto; como **Carlos Joaquín**, quien busca la candidatura del PRI para gobernar Quintana Roo.
**De la Madrid** sabe que hay opiniones encontradas sobre la preinternación, desde los hoteleros que la impulsan en Cancún y Los Cabos; hasta los concesionarios de los aeropuertos que se oponen, así es que busca “datos duros” sobre las ventajas o no de los “aeropuertos estériles” según las reglas estadunidenses.
También sabe que la promoción es clave para el turismo y está analizando las opciones no sólo para incentivar que los recursos del impuesto al hospedaje se reinviertan; sino para que el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) abra sus cifras.
En ese sentido considera la posibilidad de firmar un acuerdo con el Instituto Nacional de Transparencia (INAI), para que todo interesado acceda a la información sobre el destino de los fondos.
Además se ha comprometido a revisar la factibilidad de que un destino turístico sea incluido en el modelo de Zonas Económicas Especiales, que impulsa la Presidencia.
En estos y otros temas, su idea es nombrar a un responsable por cada uno de ellos de manera que se haga un seguimiento eficiente de los resultados.
El reloj está corriendo y **Enrique de la Madrid** quiere dejar huella y no sólo ir “pateando el bote” por la Sectur.
