**Francisco Madrid Flores** es uno de los personajes más respetados del mundo del turismo en México. Tiene una larga carrera tanto en el sector público como privado, además de la Organización Mundial del Turismo.
Actualmente es el director de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Anáhuac México Norte.
Pues bien, con respecto a la columna que se publicó la semana pasada en esta Ciudad Abierta, titulada “La nueva Biblia del Turismo de Reuniones”, en referencia a un reciente estudio que la Secretaría de Turismo encargó a **Arik Staropolsky** y **Eduardo Chaillo** para conocer la relevancia económica del Turismo de Reuniones en nuestro país, **Madrid Flores** me envió un correo electrónico que dice lo siguiente:
“Hola Gustavo:
“Vi tu nota sobre turismo de reuniones y su dimensionamiento en El Financiero y en Forbes. Además de reconocer, una vez más, tu capacidad para poner los puntos sobre las íes, te quiero hacer un par de comentarios:
“1. Hay una imprecisión al citar al estudio de PwC como el primer trabajo de dimensionamiento del segmento. En el año 2002, desde la Subsecretaría de Planeación realizamos un primer estudio en profundidad sobre el tema de congresos y convenciones que sentó las bases para reconocer su importancia y para apoyar algunas iniciativas de política pública, destacadamente, la implementación de la tasa cero.
Una copia del resumen ejecutivo puede descargarse en:
http://cedocvirtual.sectur.gob.mx/janium/pdfjs/janium_view/index.html?file=/janium/Documentos/2009/001952.pdf#page=3
“2. Señalas que yo tengo objeciones sobre el estudio de PwC, lo que es cierto, aunque no recuerdo haberlas hecho públicas –a lo mejor te lo comenté–. En todo caso, aunque reconozco la valía del trabajo recientemente realizado por **Chaillo** y **Arik**, sigo pensando que hay un problema con las cifras, que, en mi opinión, es tan evidente que evita entender que ambos estudios tienen una importante característica (no quiero decir limitación) y es que estamos hablando de dos conceptos sustancialmente diferentes: por una parte, el turismo de reuniones y, por la otra, la industria de reuniones; en esta última se incluyen todas las reuniones realizadas (con ciertas condiciones –mínimo diez participantes, sede contratada, cuatro horas de duración, etc.–, aunque a ellas no concurran turistas… lo que me parece contradice cualquier posibilidad de interpretar que la derrama económica generada por dichas reuniones sea un consumo turístico. No pongo en duda las cifras… pero estamos hablando de dos mediciones bien diferentes.
“Te mando un saludo cordial”.
Y así es, en febrero de 2002, cuando **Madrid Flores** era subsecretario de Planeación –**Leticia Navarro** era la titular de la Secretaría de Turismo— dieron a conocer el “Estudio estratégico de viabilidad del segmento de Congresos y Convenciones, elaborado por el Centro de Estudios Superiores en Turismo (Cestur), organismo de la propia Sectur.
Este documento, desde su inicio (página 3), deja muy claro que el Turismo de Reuniones de Negocios se integra con varios segmentos: Exposiciones, Congresos y Convenciones, Ferias y Viajes de Incentivos.
Y que el estudio únicamente está enfocado a Congresos y Convenciones, y no a todo el universo que abarca el Turismo de Reuniones. No obstante, **Madrid Flores** tiene razón cuando afirma que sirvió para sentar las bases de comenzar a dimensionar esta actividad turística.
En 2011 cuestionó el trabajo de PriceWaterHouse, básicamente porque le pareció que estaban sumando como gasto turístico el dinero aportado por quienes no son turistas, misma razón por la cual ahora está cuestionando el estudio de **Staropolsky** y **Chaillo** dado a conocer en mayo.
El propio estudio de PWH –señala **Madrid** en su libro “Diagnóstico y oportunidades del turismo en México” (Editorial Limusa, 2012)— informa que “49% de los participantes fueron residentes y no turistas” (dato a 2010), en tanto que el recién elaborado señala igualmente que 44.5% de los asistentes (dato a 2015) tampoco lo eran.
Y es que en la clasificación técnica, alguien que asiste a un evento de estos, pero no sale de su ciudad o se desplaza menos de 75 kilómetros para llegar, se le considera un residente o participante local, pero no turista.
Ese parece ser el punto de discrepancia y no es algo menor, ya que si se hiciera caso a la objeción de **Madrid**, el valor del mercado del Turismo de Reuniones que los dos últimos estudios han determinado: 18 mil 100 millones de dólares en 2010 y casi 25 mil millones en 2014, podría verse disminuido a poco menos de la mitad.