CPTM, ProMéxico y el turismo de negocios

 
Alonso Gordoa
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Si la “transversalidad” es clave para apoyar al turismo desde las estructuras gubernamentales; el segmento de negocios, que abarca congresos, convenciones y viajes de incentivos, es un híbrido que involucra el quehacer de la Secretaría de Economía (SE).



Hace unos días se presentó en la Secretaría de Turismo (Sectur) la nueva estrategia para promoverlo y hubo datos interesantes sobre la infraestructura disponible.

Por ejemplo hay 71 recintos apropiados en el país y 56 Oficinas de Congresos y Visitantes (OCV), además de 316 mil cuartos con calidad para convenciones en México.

Además de mil quinientas empresas especializadas, que se mantienen activas en este mercado.

El problema es que; no obstante, que de un congreso o una convención deriva la ocupación de cuartos de hotel, la contratación de espacios en medios de transporte y muchos de los efectos económicos positivos que trae el turismo, su naturaleza está ligada a otras ramas económicas.

Cuando Eduardo Chaíllo, un experto en este segmento, convenció a sus jefes en el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) durante el gobierno del presidente Vicente Fox, para mudar su oficina a Washington DC, lo hizo para optimizar un presupuesto limitado. Como en Washington hay muchas asociaciones estadunidenses que definen estos eventos, y además allí radican varios de los organismos especializados en esta actividad, la idea era estar muy cerca de todos ellos.

Hoy Cecilia Cruz, su sucesora, regresa a radicar a la Ciudad de México con la idea de coordinar que todas las oficinas del CPTM en el exterior promuevan los congresos y no sólo las de Estados Unidos.

Sin embargo, el Consejo destina menos de 5% de su presupuesto para apoyar al turismo de negocios, que representa casi 20% de los ingresos de destinos relevantes como Cancún-Riviera Maya y puede crecer más.

El gran reto debería ser trabajar más de cerca con ProMéxico, que dirige Francisco González, y hasta cederle el liderazgo en algunas negociaciones a cambio de volverse más eficaces.

En la lógica del CPTM es más fácil hacer un cooperativo con una operadora mayorista que traerá un número previsto de viajeros a México, que apostarle recursos para competir por conseguir la sede de un evento que se puede perder por imponderables.

En otros países latinoamericanos como Chile y Perú, los responsables de esta tarea son Proexport y Promperú, equivalentes a ProMéxico.

En la medida en la que el CPTM y ProMéxico consigan trabajar conjuntamente en este tema, más allá de quien sea el líder del proyecto o quien se cuelgue la medalla de un congreso ganado, sería importante para que turismo de negocios logre despegar.

No es lógico, ciertamente, que la décima economía del mundo y vecino además de Estados Unidos, esté relegado a la posición 26 en esta actividad.



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