Cuando somos niños soñamos con conocer el mundo, explorar cosas nuevas y en muchas ocasiones somos afortunados de llegar destinos que hemos visto en películas, libros y sobre todo en el mundo de Disney.
Seguramente en estos días has visitado con frecuencia ese baúl de los recuerdos y has encontrado historias que te sacaron una sonrisa o te pusieron emotivo. O al menos eso fue lo que le pasó a nuestro invitado de la sección #MiMejorViaje, Alan Estrada, mejor conocido como Alan x el mundo, travel blogger, quien nos comparte una pequeña reflexión de sus viajes a Disney en este día del niño.
¡Feliz día del niño!
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Se pueden decir muchas cosas de los parques Disney, pero en el momento en que cae la noche, te paras frente a ese castillo y el cielo se ilumina de colores al ritmo de las canciones con las que creciste es casi imposible no derramar una lágrima.
Los parques Disney son paraísos artificiales donde podemos crear momentos absolutamente reales y ese es su valor. Son un lugar donde recordamos que se puede y se debe soñar sin límites.
A los humanos siempre nos ha gustado que nos cuenten historias y los parques Disney están repletos de historias, las historias de nuestra infancia, apelando a la poderosa nostalgia, las historias de nuestro presente, recordándonos que vivimos en un planeta hermoso y las historias de nuestro futuro para que no olvidemos que los sueños sí se cumplen y nos motivan a trabajar por ellos.
No estoy seguro de que en los parques Disney uno vuelva a ser niño, más bien uno se reconcilia con su propia esencia y te vuelves más auténtico, más tú. Ese que éramos antes de aventar los sueños al baúl y olvidar que la magia existe. Pero para eso están, para que no se nos olvide y recuperémos la fe en nosotros mientras campanita cruza el firmamento.
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