Río de Janeiro autorizó la reapertura de playas, la apertura de discotecas y la reanudación de los sistemas de buffet en los restaurantes.
Incluso aunque las autoridades solo habían permitido la ida a la playa de deportistas y de bañistas sin que permanecieran en la arena, las nuevas medidas ya permiten la entrada de cualquier individuo.
Las reglas actualizadas suponen una especie de alivio al sector turístico que espera salvar la temporada de verano austral.
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Los comerciantes que ofrecen productos y servicios en la playa también podrán volver a operar. Esto incluye la venta de alimentos, renta sillas y sombrillas a los visitantes, la única regla para los puestos ambulantes es que mantengan una distancia de 1,5 metros entre cada uno.
También está contemplada la apertura de discotecas y bares. Se permitirán de nuevo los buffets en restaurantes además de la total liberación de los horarios para los comerciantes, que antes solo podían operar en horas establecidas.
Para todas ls reaperturas se consideran protocolos sanitarios que incluyen limitación del aforo de los comercios a dos terceras partes de su capacidad, la distancia mínima entre las mesas, el uso de máscara obligatorio para todas las personas y la desinfección constante.
Río de Janeiro autorizó desde junio y julio la reapertura de restaurantes, bares, gimnasios, tiendas en la calle, centros comerciales, salones de belleza, iglesias, escuelas y parques, entre otras actividades no consideradas como esenciales.
También fue la primera ciudad de Brasil en reabrir sus lugares turísticos y la primera en toda Sudamérica en retomar actividades deportivas profesionales con estadios sin público.
