Mientras en Estados Unidos, todas las empresas están recibiendo cheques del gobierno del Donald Trump para sobrevivir a la crisis del Covid-19; en México López Obrador y su equipo no están tomando medidas similares.
Es evidente que al mandatario de izquierda no le preocupan los empresarios, aunque el verdadero problema es que muchas compañías pueden desaparecer, lo que provocará un problema que impactará a un número relevante de empleos.
Entre los sectores más afectados está el turismo y, por ello, se entiende que Braulio Arzuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), le haya hecho una propuesta al gobierno federal para que ponga en marcha 14 medidas, en dos fases de la pandemia.
Durante la primera, y para evitar la pérdida de empleos, planteó una prórroga de seis meses en las declaraciones anuales de personas morales y de personas físicas con actividad empresarial.
También en la presentación de pagos provisionales tanto de IVA como del ISR; prórroga a las contribuciones del IMSS e Infonavit; compromiso de no incrementar los energéticos y el agua en los próximos 24 meses; acelerar la devolución de impuestos; exentar de derechos de uso el Espacio Aéreo Mexicano y los derechos migratorios.
Además de exentar el pago de casetas no concesionadas durante seis meses.
Ya en la fase de recuperación económica, plantea la deducción inmediata de construcciones y adquisiciones de activo fijo; tasa cero de IVA por seis meses; deducir temporalmente consumo de restaurantes; permitir que los pagos provisionales se hagan trimestralmente y crear un grupo de trabajo de apoyo al sector turístico.
Se trata de una serie de medidas a la altura del problema que está viviendo el turismo y que daría oxígeno a algunas, no a todas, las empresas.
Dejarlas a su suerte, no sólo hundiría la competitividad turística de México sino que tendría costos sociales realmente elevados.
Divisadero
Congruente con WTTC. Por cierto, entre las recomendaciones que planteó el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, que encabeza Gloria Guevara, para evitar la quiebra de las empresas turísticas están precisamente:
- Ayuda financiera de los gobierno para proteger a millones de trabajadores en el sector turístico que están enfrentando severas dificultades económicas.
- Los gobiernos deben otorgar créditos sin intereses a las empresas, sobre todo pequeñas y medias que están en peligro real de colapsar.
- Todos los impuestos y derechos que cobran los gobiernos, deben ser eliminados por los menos durante 12 meses.
Pilas puestas. En Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa, ayer decidieron que los altos ejecutivos sólo cobrarán la mitad de su salario; en línea con lo que anunció Delta, su socio estadounidense.
Tanto los pilotos como los sobrecargos han aceptado los planes de descanso temporal en aras de conservar sus empleos.
Hasta ahora el pronóstico es que la crisis durará por lo menos tres meses y ha afectado 50% de la demanda de asientos en vuelos internacionales y 35% en los vuelos domésticos.
A diferencia de lo que ya está sucediendo con los primeros, todavía no hay suspensión de rutas nacionales pero sí hay una disminución de las frecuencias.