Aunque la razón principal por la que fueron los candidatos presidenciales a Acapulco el viernes pasado, fue para reunirse con los profesionales de las finanzas en la Convención Bancaria; Xóchitl Gálvez destinó unas horas a platicar con los empresarios del turismo de esa agobiada plaza.
No fue sola también estuvieron con ella, y participaron en el evento, Bettyna Benítez, la responsable de la mesa de Turismo de su campaña, y Enrique de la Madrid, coordinador de todas las mesas temáticas y ex secretario de Turismo.
La plataforma turística de Gálvez no sólo es la mejor sino prácticamente la única que ha sido diseñada por especialistas, que han analizado a fondo la situación del turismo.
Hoy este sector vive una paradoja en México, pues los buenos resultados que registra no se han dado por el respaldo del gobierno del presidente López Obrador; sino a pesar de su indiferencia, junto conlas acciones irrelevantes de su secretario del ramo, Miguel Torruco.
En aras de ofrecer un panorama justo, si se deja de lado el costo en términos de muertos que tuvo mantener abierto el país durante la pandemia; el turismo se benefició con los viajeros estadounidenses que llegaron a México durante esos años obscuros del Covid-19.
También hay que reconocer que el aeropuerto internacional de Tulum, en el mediano plazo aumentará la llegada de viajeros al sur de Quintana Roo.
Pero en lo inmediato el Tren Maya ya es un pasivo para todos los mexicanos pues los flujos que genere no alcanzarán para pagar la deuda que provocó, su impacto turístico será modesto y quizá en el largo plazo aliente la llegada de viajeros a esa región del país, pero como dijo Keynes en el largo plazo todos estaremos muertos.
Gálvez centró en la seguridad sus compromisos con los empresarios de Acapulco, como una condición para retomar el crecimiento; también refrendó que será Fonatur el responsable de conducir una serie de acciones para recuperar económicamente al puerto, tras el paso del huracán Otis.
Quién no quiera ver que la mitad de los restaurantes y hoteles siguen cerrados, que los trabajadores del turismo han emigrado a otros destinos debido a la falta de empleo y que se necesitan créditos para poner de pie muchos pequeños negocios, sencillamente está negando una realidad que existe.
Al evento de Gálvez participaron como oradoresEnrique Castro de Canirac Guerrero; Francisco Cabrera del proyecto de reconstrucción de Acapulco; Rodolfo Escobar, secretario general de la CTM y la hotelera Ivonne Mastache.
También acudieron asistentes de otras muchas organizaciones y empresarios conocidos como la chef Susana Palazuelos y ejecutivos como Ricardo Suárez de Las Brisas; Iliana Rodríguez del Hotel Encanto y Gibrán Torralva de Vidanta.
Por cierto nadie acudió de Mundo Imperial, de Juan Antonio Hernández, el conjunto de hoteles a los que más ha apoyado la 4T.
Divisadero
Ojo. Si bien en su documento Prosperidad Compartida, la candidata presidencial de Morena, Claudia Scheinbaum, menciona al turismo como un sector estratégico que es necesario relocalizar; no hay muchos más al respecto.
En cambio, en el Proyecto de Nación 2024-2030 de Morena, hay algunas afirmaciones económicas que sorprenden como un impuesto a las grandes herencias; suspender el pago de la deuda externa; condonar las deudas del Fobaproa y los Pidiregas, que básicamente generan incertidumbre.
Si el camino económico será por ese rumbo, la perspectiva es bastante complicada.
