CHICAGO.— Si hace dos años durante el Pow Wow, la principal feria de turismo en Estados Unidos, hubo algunos eventos en Los Ángeles para explicar cómo funcionaría la estructura de hoteles diseñada por **John Pritzker**, a través de su fondo Geolo, para sumar a los hoteles Thompson y Joie de Vivre; ahora hay un asunto interesante para México.
Dirigidos a un mercado de viajeros sofisticado, los Thompson han agrupado algunas propiedades de lujo entre las cuales se encuentra uno muy popular en Chicago; mientras, los Joie de Vivre, que fundó el emprendedor Chip Conley, se mantienen en el segmento de los llamados hoteles boutique.
Recientemente se hizo público que, por primera vez, Thompson tendría dos hoteles en México, uno en Playa del Carmen, en la Riviera Maya, y el otro en Los Cabos.
Este segundo refiere a una historia muy interesante y tomando en cuenta el alto nivel de calidad, diseño y servicio de los Thompson en Estados Unidos; seguramente se convertirá en un competidor muy importante en Los Cabos, dentro del que también se conoce como el mercado high end.
Resulta que había un terreno al lado de lo que se denomina Misiones del Cabo, cuya ubicación mira precisamente al famoso arco de piedra de Los Cabos en la punta de la Península de Baja California y donde se juntan el Pacífico y el Mar de Cortés.
Colinda con un terreno que hoy está en litigio entre las familias Cosío y Zaragoza, un pleito en el que incluso está metido como abogado **Diego Fernández de Cevallos**.
El terreno era de **Cristina Rodríguez**, hija del expresidente mexicano **Abelardo Rodríguez**, quien alguna vez fue terrateniente de Los Cabos.
Allí apareció un italiano, **Gianmarco Vela**, quien abrió un restaurante en la zona, también propiedad de la familia Rodríguez, y luego compró el terreno en sociedad con John Pentz, un estadunidense que es dueño de unas tiendas de lujo en Palmilla.
Pidieron un crédito a Bancomer y estuvieron a punto de ser embargados, pues los tomó la crisis económica en Estados Unidos que golpeó duro a Los Cabos.
Fue así como entró el fondo Geolo y ahora viene este hotel de 150 habitaciones, cada una de las cuales mirará al famoso arco.
No es algo menor, hoy sólo dos hoteles más tienen vista a ese sitio, el Me y el Finisterra, y ninguno está en el segmento de ultralujo, como sucede con Las Ventanas, Esperanza, Capella y One & Only.
La llegada de este jugador le pondrá un nuevo elemento de competencia al destino, ya que además Thompson tiene influencia en la comercialización en los países europeos a través de Tui.