Una crisis 10 veces mayor que el 11 de septiembre

 
Carlos Velázquez
hrs.

Es un hecho que el Gobierno federal no destinará recursos para rescatar al turismo de la crisis del Covid-19, pero, como dice Enrique de la Madrid, hay que seguir analizando lo que le pasará sin el apoyo del Gobierno federal, para tener claro quién falló.



Entonces hay que entender los argumentos de la industria turística de Estados Unidos, que está negociando con el Ejecutivo y el Congreso de ese país un paquete de apoyos para este sector.

Sus argumentos son claros y racionales, por lo que, de prosperar, a la postre provocarán más asimetrías entre estos dos socios del T-MEC.

El documento de la US Travel Association va dirigido a Steven Mnuchin, secretario del Tesoro; a Mitch McConnell, líder de la mayoría en el Senado, y a Nancy Pelosi, vocera de la Asamblea de Representantes, entre otros personajes.

La crisis del Covid-19, señalan, es 10 veces peor que la del 11 de septiembre, se han perdido 51% de los empleos turísticos, que representan 38% de todos los que se han cerrado en ese país.

La pandemia en marcha le costará a la industria 1.2 billones de dólares, trillones en la nomenclatura inglesa.

Después de entrar en detalles que no vienen al caso sobre cómo han operado los programas de rescate en Estados Unidos, señala que se necesitan 10 mil millones de dólares sólo para actualizar las prácticas sanitarias.

Así es que le piden al Congreso ayuda por al menos cinco mil millones de dólares para ese fin.

Luego solicitan un crédito fiscal por mil 500 dólares por pareja, más 500 dólares por niño, hasta llegar a un máximo de tres mil por familia, para que puedan viajar por EU, siempre y cuando no ganen más de 100 mil dólares por persona o más de 200 mil por pareja.

También proponen aumentar la deducibilidad de gastos de comida y entretenimiento; crear un crédito fiscal para reuniones y eventos y desarrollar una estrategia para expandir las pruebas para detectar contagiados de Covid-19.

Todo esto representaría 163 mil millones de dólares en 18 meses, pero ayudaría a que, después de ese lapso, Estados Unidos pudiera mantener una industria turística fuerte.

La propuesta está en marcha y es un claro reflejo del tamaño sin precedente de este problema.

DIVISADERO

PARANOIA. Dicen que “lo que temes, te atrapa”, y así como hay presidentes municipales que han respondido en México con inteligencia y entereza al problema de la pandemia, hay otros que están sobrerreaccionando.

Es el caso de Juan Ángel Espejo Maldonado, presidente municipal de Tecolutla, Veracruz.

Alejandra Terreros, a nombre de 180 empresarios de esa localidad, buscó este espacio para denunciar que, mientras ellos han cumplido con todos los protocolos de desinfección, Espejo no se asoma ni para verse en el ídem.

Aterrado por el virus, insiste en no dejar entrar a nadie por pavor a los contagios, mientras la economía de la población languidece.

Tecolutla está cerrada a piedra y lodo desde el 20 de marzo y ni siquiera los dueños de inmuebles de descanso pueden visitar sus propiedades.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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