A través de una licitación pública, el consorcio formado por Apollocom; Vision Box y Amadeus ganaron el contrato para encargarse de los sistemas con los que funcionará el nuevo Aeropuerto de Santa Lucía.
La señal que envió el Ejército Mexicano y el general Gustavo Vallejo quien comanda la construcción del nuevo aeropuerto fue positiva.
Primero porque se trata de empresas importantes, una de las cuales incluso cotiza en las bolsas de la Unión Europea, como es Amadeus, que no se presta a arreglos debajo de la mesa ni a triquiñuelas.
Además la tecnología de estas compañías es de última generación, corre en la nube y está a la vanguardia mundial.
Mientras los sistemas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), serán generacionalmente obsoletos respecto a Santa Lucía.
Estamos hablando de temas como accesos y videovigilancia; tecnologías de reconocimiento facial; manejo de salas; información al pasajero; control de pistas de aterrizaje y chek in de los viajeros.
Así es que además de que Santa Lucía tendrá instalaciones nuevas y oliendo a limpio; una Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) menor al AICM; también contará con las ventajas descritas que lo debe volver más seguro y más ágil en su operación.
En el escenario previsible de pocos pasajeros, mientras no haya unas vías de comunicación terrestre que agilicen la llegada dede la Ciudad de México, Santa Lucía será como un Ferrari montado en un carrusel de feria y el AICM un circuito de carreras sin pits y además lleno de baches.
Obviamente el AICM tendrá que entrar a una discusión importante sobre cómo modernizarse para no perder más competitividad y allí se oyen historias que hacen que se pongan los pelos de punta.
Como por ejemplo un organismo de ejército que coordine el Tren Maya, los aeropuertos y el Canal Interoceánico a partir de un modelo de subsidios cruzados.
Una cosas es que el neoliberalismo sea un barco que hace agua en el mundo y otra que se regresen a modelos estatistas que terminan provocando enormes sangrías de recursos públicos.
Todo eso es un tema que debe ser revisado con cuidado, pero de entrada los directivos y jugadores del AICM se están dando cuenta que enfrentarán a un competidor ágil y joven; que de no estar en la lejana y mal comunicada tierra de los mamuts, lo habría puesto a temblar.
Divisadero
100 Best. Valentina Ortiz Monasterio, quien desde hace años comanda el 50 Best en México, tiene un as bajo la manga.
La prestigiosa Revista Británica está buscando cómo impulsar el regreso de la alta gastronomía después de la pandemia.
Así que este año no se hará el concurso de los 50 Best Latinoamérica con un gran evento en un país.
Sino que entrarán los 100 mejores restaurantes de los últimos ocho años, en siete celebraciones en diferentes países de la región.
En el caso de México y Centroamérica, la sede será Oaxaca y además de los restaurantes mexicanos estarán los de países como Guatemala, Panamá y Costa Rica.
El evento principal en Oaxaca será en el restaurante Mestizo de Enrique Olvera y acudirán unas 300 personas.
Otro de los logros de Ortiz Monasterio es que no habrá patrocinadores públicos, sino exclusivamente de la iniciativa privada. Así es que en estos tiempos en que la 4T sacó la mayoría de los recursos para la promoción, la empresaria probó nuevamente aquel viejo refrán que dice: “El perico, donde quiera es verde…”