Las inversiones inmobiliarias llevan a Todos Santos

 
Carlos Velázquez
hrs.

Todos Santos. Ernesto Coppel, fundador del Grupo Pueblo Bonito, protagonizando el papel de un guía de turistas, explica a la entrada del negocio que abrirá en unos días: “Este es el edificio de un ingenio azucarero fundado en 1850”…



Entonces suelta una carcajada y comenta: “Te engañé, este edificio “antiguo”, lo construí desde cero”.

Ubicada a un costado de la plaza principal del Pueblo Mágico, en una propiedad que da acceso a uno de los oasis más verdes y exuberantes del sur del estado; hay una casona, flanqueada por palmeras, como se imagina Coppel que pudo ser el acceso a uno de los ochos ingenios que operaban en la localidad.

La riqueza y abundancia del pueblo se debió a ello y el azúcar era cargada con una grúa en veleros, que ejecutaban una peligrosa maniobra para salir al Océano Pacífico; hasta que dejó de ser costeable y el negocio se acabó.

Coppel sabe que el turismo es un negocio más rentable que el azúcar y espera llevar a los huéspedes de los hoteles de Cabo San Lucas, no sólo a los que llegan a sus marcas, para que disfruten de un opulento restaurante de mariscos y un bar.

Alrededor habrá una galería; la boutique Gabee´s de su esposa Gaby Coppel y un establecimiento especializado en restos fósiles, con objetos importados de diversas partes del mundo.

“A Los Cabos vienen los turistas con más dinero y aquí lo van a gastar”, afirma consciente de que en un fin de semana llegan a aterrizar unos 70 jets privados en Los Cabos.

Para ellos habrá tours privados, pero también llevará a los visitantes en unos autobuses desde Cabo San Lucas, hasta lo que ya algunos describen como un nuevo “Valle de Bravo”.

Después abrirá otro restaurante en un jardín con mesas y sombrillas rojas, que evocará esos establecimientos que le gustan en Aix-en-Provence, en el sur de Francia.

El empresario asegura tener un “tercer ojo” para ver lo que otros pasan por alto y así como Los Cabos cautiva el contraste entre desierto y mar; ahora quiere mostrar la abundancia de lo verde, los huertos, las palmeras en un sitio que ya es famoso por sus atardeceres únicos.

El trasfondo de su proyecto es inmobiliario y está planeando construir y vender algunas decenas de casas lujosas enclavadas en su propiedad, en donde ya exhibe unas esculturas y barcos que encallaron y rescató en Sinaloa.

Haber puesto a Todos Santos en su mira está atrayendo más inversiones a este sitio y a las playas cercanas como Cerritos y Pescadero; donde hay un boom, pues las empresas inmobiliarias no sólo están vendiendo sino comprando propiedades dado que crece el interés por la zona.

A los 72 años, aunque aparenta varios menos, y con su look de magnate californiano, Coppel acaba de adquirir un motor home donde pretender dormir en su propiedad.

Y es que asegura que todos sus recursos están invertidos y que no parará hasta construir un hotel de tres mil habitaciones en Las Vegas, porque “allí hay todavía más dinero”.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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