Fibra Inn sortea las crestas de la pandemia

 
Carlos Velázquez
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Entre enero de 2020 y enero de 2021 el precio de los títulos de Fibra Inn, que preside Víctor Zorrilla, cayó alrededor de 50% al pasar de un máximo de 8.38 pesos a 4.17 al cierre de este viernes.



Un reflejo de lo que le pasa a una empresa, cuando tiene 38 hoteles en su cartera y seis mil 391 cuartos, precisamente en las horas más obscuras de la pandemia.

Según la versión de una fuente de esta columna, esta Fibra estaba “rematando” siete  hoteles; pero Miguel Aliaga, su director de Finanzas, informó que ya han vendido seis y esperan sumar dos o tres más.

Es una estrategia, dijo, para aumentar porcentualmente el número de cuartos de hoteles de servicio completo y en las plazas que más le interesan a Fibra Inn.

Varios analistas del negocio de la hotelería en México, anticipan que los dueños de hoteles independientes sentirán que “el agua les llegará a los aparejos” en los próximos meses y que habrá una oleada de remates debido a las presiones crediticias.

Aliaga refiere que a mediados del año pasado, algunos dueños de hoteles urgidos de liquidez ofrecieron descuentos de hasta 45% contra los precios de 2019; y aceptó que hoy se ven descuentos del orden del 15% contra el año de referencia.

Fibra Inn, aseguró, ha vendido sus hoteles a partir de una valuación sofisticada; así es que esos descuentos no necesariamente han aplicado para ellos.

Hoy la ocupación promedio en los 38 hoteles de Fibra Inn, nueve de los cuáles estaban cerrados en septiembre, es de alrededor del 30% y están observando un paulatino regreso de los viajeros de negocios.

Muchos de los huéspedes son operativos, dijo, que van a cumplir tareas que no se pueden realizar a distancia, como darle servicio a una máquina; además en la Fibra se registra un patrón de estancias más largas y menos número de viajes, para prevenir los riesgos de contagios.

Hoy las fibras hoteleras enfrentan una “prueba de fuego” y los analistas están pendientes de los reportes bursátiles de cierre de año, que están por difundirse.

Divisadero

Única carta. Eduardo Paniagua, presidente de la Asociación Mexicana de Agentes de Viajes (AMAV), es para muchos un dirigente servil y acomodaticio, aunque él se considera un visionario del futuro “cubanizado” que nos espera.

Hasta ahora sigue sin convocar a las elecciones previstas en mayo para reemplazarlo o reelegirlo; esconde las cuentas de la Asociación y ocho filiales y los titulares de las comisiones de Hacienda y de Honor y Justicia se separaron, sin renunciar a sus derechos.

Algo que a Paniagua parece tenerlo no sólo sin cuidado sino hasta relajado y gozoso; su “as” no está “bajo la manga” sino tatuado en la frente y es la zalamería conque ha buscado actuar en contubernio con la Secretaría de Turismo.

Paniagua tendría que dejar en pocos meses la presidencia de AMAV; pero supone que su permanencia será respaldada por la 4T, debido a que en vez de apoyar a los agentes de viajes parece dirigir un “Comité de Defensa” del actual gobierno.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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