San Cristóbal de las Casas. Al llegar al aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, los viajeros descienden de los aviones y antes de recoger su equipaje llenan un formulario prácticamente igual al que ya completaron en el aeropuerto mexicano de salida.
Se puede hacer electrónicamente o en papel y luego de recuperar la maleta, unos termómetros colocados sobre un tripié les miden la temperatura y después entregan el cuestionario a un médico que les hace un breve interrogatorio sobre su condición de salud.
Esta semana Chiapas entró al semáforo verde de la pandemia del Covid-19 y mientras se acerca el inicio del proceso de vacunación en Estados Unidos, Rusia y según Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores, también en México; hoy las medidas personales de protección son la única alternativa real para acotar el riesgo del contagio.
Katyna de la Vega, titular de Turismo de la entidad, dice que una de las razones por las que se ha reducido de forma importante el número de enfermos hospitalizados, es por el trabajo de seguimiento epidemiológico que ha hecho la Secretaría de Salud estatal que encabeza José Manuel Cruz Castellanos.
El funcionario es polémico y será difícil olvidar cuando le dijo a una reportera que las personas que logran sobreponerse al Covid-19 quedan “chafiretes” o atontados durante semanas y que seguramente por ello el director de la Cruz Roja estatal mal interpretaba las cifras.
Pero más allá de ese capítulo, el Consejo Estatal de Salud Pública sesiona diariamente y sigue obligado a hacer un trabajo de rastreo de los enfermos por el virus y también exige aplicar las medidas para protegerlos y aislarlos.
El rigor en el rastreo epidemiológico; la dispersión de las comunidades en un territorio de casi 75 mil kilómetros cuadrados y en el que viven unas cinco millones de personas y hasta el uso de la medicina tradicional para generar anticuerpos, son algunas hipótesis que se manejan para tratar de explicar por qué Chiapas está conteniendo mejor que otras entidad la pandemia.
En realidad es un dato esperanzador para suponer que esta temporada alta de invierno habrá una mesurada recuperación turística; pues como sucede en otras partes del país, quizá hasta el próximo año se liberarán recursos públicos para la promoción, la capacitación o para apoyar a los artesanos y pequeños empresarios turísticos.
Paulatinamente los viajeros europeos comienzan a regresar a Chiapas, a través de las pocas rutas aéreas abiertas vía Cancún o la Ciudad de México; también los viajeros nacionales, sobre todo de la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Veracruz están viniendo.
Para los más pobres el único dinero que fluye con regularidad, son los subsidios del gobierno federal que con alrededor de 40 pesos diarios o dos mil cuatrocientos al bimestre, que no están alentando cambios para una recuperación sostenible. El turismo es esa opción para no seguir deforestando, para recuperar algo de liquidez, para alentar que la economía se mueva y todo eso se está moviendo lentamente, aunque el semáforo verde sea un faro para los meses por venir.