El 21 de febrero se reunirá la asamblea del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), en la que seguramente Braulio Arsuaga se mantendrá como presidente aunque hay un tema económico pendiente.
Si la cultura estadounidense propone “respaldar las palabras con dinero” (put your money where your mouth is), el descaro mexicano dice: “La amistad se refleja en la nómina”.
Durante años esa “amistad” entre empresarios turísticos y gobierno federal, alcanzaba para hacer un evento anual en donde instituciones como Sectur, Fonatur y el CPTM eran patrocinadores que contribuían a sostener la operación del organismo.
Ahora el gobierno federal ha roto su relación con la mayoría de los consejos empresariales y no sólo ha dejado de patrocinar al CNET, sino que la comunicación está cerrada al punto de que en todo el sexenio no han tenido un encuentro con el presidente López Obrador.
En el primer Tianguis Turístico de esta administración Miguel Torruco, titular de la Secretaría de Turismo, invitó como orador de los empresarios a Luis Barrios, presidente de la Asociación de Cadenas de Hoteles (ANCH); pues tenía claras diferencias con Pablo Azcárraga, entonces presidente del CNET.
La historia acabó en desastre, pues López Obrador de todas formas rechazó todas las peticiones que le hizo Barrios.
Arsuaga llegó con el respaldo de Torruco quien con su visión de “eres mi amigo o mi adversario”, pensaba que el primero se pondría a sus órdenes; pero como desde el principio Arsuaga fue moderadamente crítico, también lo sacó de la escena.
Así es que en el Tianguis de Mérida, ni el CNET ni sus asociados fueron invitados para externar su posición.
Arsuaga ha trabajado para institucionalizar al CNET, ahora hay minutas, reportes mensuales y se han generado documentos de discusión.
Sin embargo, el otrora “club de los turisteros ricos” está principalmente “pobre” no sólo porque las cuotas habían sido diseñadas para soportar una parte de los gastos y completarlas con patrocinios, sino porque además no todos pagan sus cuotas.
Dentro del CNET está el Consejo Consultivo, compuesto por unos 35 miembros, y luego la Asamblea que agrupa a las asociaciones y cámaras turísticas.
Los primeros pagan alrededor de ocho mil dólares anuales y las segundas alrededor de 40 mil pesos; sin embargo, al iniciar la pandemia varias de estas organizaciones negociaron sus pagos y algunos incluso dejaron de cubrirlos.
Si todos pagaran sus cuotas, el CNET podría contar con un presupuesto de alrededor de seis millones de pesos al año; pero la cantidad es mucho menor y la presidencia ha terminado aportando dinero.
Arsuaga busca condicionar su participación en el CNET a que la Asamblea le apruebe un nuevo presupuesto y a que se cumpla el compromiso de pagar las cuotas.
Hasta ahora nadie más quiere ese cargo y, sin interlocución con Sectur y López Obrador, hay quienes se preguntan sobre las ventajas que tiene pertenecer al CNET; aunque otros dicen desde ahora que es importante resistir hasta que termine este gobierno.
Divisadero
Ciclos. Pierre Ouradou fue nombrado director general del resort Hacienda del Mar en Los Cabos, se trata de un profesional del hospedaje y los vinos que a los 21 años ya le había gestionado una estrella Michelin a un restaurante en Francia. Sustituye a Renato Silva quien durante un largo periodo ocupó esa posición y también fue presidente de la Asociación de Hoteles de Los Cabos.
