Urgen cambios en el Fonatur, pero no hay dinero para hacerlos

 
Redacción
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Entre los muchos temas que se tocaron en la conferencia de prensa del jueves pasado, **Enrique de la Madrid**, titular de Turismo, textualmente dijo que “las condiciones económicas no están dadas” para arrancar los nuevos Centros Integralmente Planeados de Teotihuacán, Calakmul, Palenque y Chichén Itzá.



Algo que no es noticia, pues desde que **Héctor Gómez Barraza**, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), respaldó esta noticia al inicio de la administración, surgieron dudas sobre el fondeo.

En aquel tiempo se hablaba de cerca de nueve mil millones de pesos nada más de “saque”, pero era cuando los precios del petróleo no se habían derrumbado, por lo que hubo quienes creyeron que realmente sucedería.

Un caso concreto es el del Estado de México, pues allí hay un proyecto ejecutivo, reservas territoriales identificadas e inversionistas privados interesados en detonar Teotihuacán, pero es evidente que, por lo menos en esta administración, no habrá allí otro Centro Integralmente Planeado (CIP).

Lo que sí sucederá es que, este mismo mes, el presidente **Enrique Peña** estará en la inauguración del nuevo espectáculo de luz y sonido en dicho sitio arqueológico.

Un proyecto que se concretó debido a la concurrencia de una directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), María Teresa Franco, que fue nombrada por un gobierno priista, y una titular de Turismo en el estado del mismo partido, **Bettyna Benítez**, quien hizo una negociación meticulosa para no confrontar a los arqueólogos.

El espectáculo de luz y sonido le dará nuevas oportunidades de negocio a Teotihuacán, pero está muy lejos de los alcances que habría tenido un CIP.

Claro que es algo positivo que **De la Madrid** hable directamente acerca de los temas complejos, como también ha dicho que el proyecto de Tajamar, en el CIP de Cancún, seguirá adelante no obstante el conflicto político que se generó en torno al mismo.

Algo que difícilmente sucederá durante el periodo de las campañas políticas de este año en Quintana Roo.

El hecho es que el Fonatur tiene allí un problema político pendiente de resolver; que los nuevos CIPs ya no caminarán en esta administración y, además, cuenta por allí con una herencia de la administración pasada que ya se convirtió en otro “elefante blanco”.

Hoy más que nunca resulta evidente que el CIP de Playa Espíritu, en Sinaloa, fue otro de esos “sinsentido” de la administración pasada, del que sólo resultó beneficiada la familia de **Antonio Toledo Corro**, quien era propietario del predio.

Un hecho increíble es que ahora allí hay una casa de descanso del Fonatur rodeada de una playa inmensa y de un notable plantío de cocos; además de que ya se hizo una inversión en vialidades e infraestructura, que tampoco serán aprovechadas, al menos en el corto plazo.

El Fonatur, es evidente, requiere una “cirugía mayor”, que implicaría liquidar personal, cambios en las reglas de ventas de los terrenos, nuevos esquemas de asociación con particulares y muchas otras decisiones que, en este momento, seguramente, tampoco son económicamente viables.



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