TOKIO.— Este domingo United, la compañía aérea que se fusionó con Continental hace un par de años, arrancó su segunda frecuencia diaria de un vuelo que hace desde Houston hasta el aeropuerto de Narita, Japón, y México fue uno de los componentes para tomar esa decisión.
Aunque los turistas japoneses utilizan esa ruta para hacer conexión a Cancún, Cozumel, Lima y Sao Paolo, entre otros destinos de placer que les son atractivos, en realidad la demanda hacia y desde México está creciendo en otra parte del país.
De acuerdo con Rolf Meyer, director de United para México, fue el establecimientos de Mazda y Honda y un total de 250 empresas periféricas de capital japonés en la región del Bajío, más Nissan en Aguascalientes, las que están generando un tránsito aéreo creciente con este país asiático.
Sus cifras refieren que nada más en los últimos seis meses, la demanda de boletos a Tokio saliendo del aeropuerto del Bajío hacia Houston se ha incrementado en 300 por ciento y una sola empresa ya está pidiendo constantemente 40 boletos mensuales, muchos de ellos en su categoría de negocios.
Hace unos días Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa, anunció el aumento de tres a cuatro frecuencias semanales su vuelo entre la Ciudad de México y Tokio y las automotrices del Bajío también son determinantes.
El nuevo vuelo sale a las nueve de la mañana desde Houston y la frecuencia original dos horas después, por lo que ahora la aerolínea está revisando una posible modificación en el horario para hacer más holgada una posible conexión desde México.
El aeropuerto George Bush de Houston, por cierto, amplió a varias decenas el número de máquinas disponibles para los viajeros inscritos en el programa de Global Entry o de viajeros seguros, que elimina las colas de acceso a Estados Unidos.
Esta nueva situación de conectividad también abre oportunidades para incrementar la llegada de viajeros japoneses de placer a México, un país que en el pasado era más activo hasta que, primero, el ataque del 11 de septiembre de 2001 complicó precisamente la entrada a Estados Unidos y luego sobrevinieron los problemas de inseguridad en México.
Los turistas japoneses son exigentes, pero también están dispuestos a pagar por los servicios de viaje y en el Bajío ya hay una red de agencias de socios mexicanos y de socios japoneses, que se han enfocado a este mercado que privilegia la seriedad en los tratos.
Se estima que para 2015 estarán viviendo en León, Silao e Irapuato unas 20 mil familias japonesas, incluso están gestando pequeñas colonias para ellos, con ese estilo de integrarse a las comunidades a las que llegan, pero tratando de conservar sus costumbres.