Una propuesta para que el turismo apoye el desarrollo de BCS

 
Redacción
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Hoy **Carlos Mendoza**, gobernador de Baja California Sur (BCS), rendirá su primer informe de gobierno y lo está haciendo con una búsqueda no resuelta, para que el turismo se traduzca en mayor desarrollo para su entidad.



El planteamiento es legítimo, pero es mucho más difícil enunciarlo que llevarlo a la práctica y puede ser el origen de importantes errores.

Ayer jueves, **Genaro Ruíz**, el secretario de Turismo de la entidad, se reunió con un grupo de empresarios de Los Cabos y Todos Santos, para escuchar su punto de vista respecto de una iniciativa que envió el Ejecutivo el Congreso local.

Lo que plantea esta reforma al artículo 129 Bis de la Ley de Hacienda de BCS es lo siguiente:

1. Los visitantes extranjeros con fines turísticos pagarán un aprovechamiento de 350 pesos, que será actualizado anualmente con el Índice de Precios al Consumidor.

2. Cuando lleguen por vía aérea, deberá se recaudado y enterado por las empresas de transporte aéreo de pasajeros.

3. Cuando sea por vía marítima, la ventanilla de recaudación será la Administración Portuaria Integral.

4. Cuando ingresen por medios distintos al marítimo y al aéreo, deberá ser recaudado por las personas físicas y morales que presten los servicios de hospedaje.

Estos recursos a su vez deberán enterar el pago a las instituciones previstas por la ley, a más tardar el día 15 del mes siguiente.

Los principales problemas que se perciben son tres:

a) Elasticidad. ¿Hasta dónde el mercado tendrá la suficiente elasticidad para no reaccionar negativamente ante un cobro adicional al que ya se le impone vía el DNI?

b) Operatividad. ¿Realmente se podrá obligar a todos los actores descritos a cumplir con esas tareas de recaudación y en qué medida impactará ello en sus costos?

c) Competitividad. Más allá de la respuesta del mercado, ¿las empresas turísticas apoyarían estas decisiones o privilegiarían otros destinos donde también compiten?

Hasta ahora BCS ha puesto el ejemplo a nivel nacional sobre el manejo transparente del impuesto al hospedaje.

Hoy la idea es que parte de ese dinero se destine a fines distintos a la promoción y que además se cree este nuevo aprovechamiento, para soportar el desarrollo de la infraestructura turística.

Una situación entendible, pero que no tiene precedente en México.

Quizá haya otras opciones igualmente complejas, pero más fáciles de implementar como el aumento al impuesto al hospedaje en función de la mayor capacidad adquisitiva de los viajeros, para capitalizar ese excedente a fines distintos a la promoción.

Pero de entrada ponerle un sobreprecio del 100% al monto que pagan los extranjeros por ir a BCS, anticipa un enfrentamiento en la relación con los prestadores de servicios turísticos, que pueden redireccionar a sus clientes.

La discusión apenas está comenzando y ciertamente sería interesante que empresarios y autoridades discutieran en serio, sobre las opciones que tienen para que el turismo sea sinónimo de desarrollo en la población.

Un planteamiento que no viene de un gobierno de izquierda, sino de uno que emanó directamente de las filas del Partido Acción Nacional, donde milita **Mendoza**.



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