Después de tres años seguidos en que la Secretaría de Turismo se dedicó consistentemente a difundir sólo las buenas noticias que había en ese sector, a muchos sorprendió el tono del discurso de la nueva titular del ramo, Claudia Ruiz Massieu, en la inauguración del Tianguis México en Puebla.
Y es que allí reconoció lo que pronto será un hecho irrefutable: la caída de dos y hasta tres posiciones que sufrirá el país en el ranking de los más visitados del mundo, pues será rebasado por Austria, Rusia y Hong Kong, según los datos preliminares de la Organización Mundial del Turismo.
Esto no significa que el desempeño turístico haya sido paupérrimo; de hecho hay cifras de recuperación tanto en los ingresos como en la llegada de turistas de internación, aunque sí denota que otros competidores han hecho mejor su tarea.
Esto no es algo reciente, pues en los últimos 12 años el país oficialmente pasó de la séptima a la décima posición en el llamado top ten de los más visitados del planeta.
De hecho el año pasado México iba a salir de esos diez, cuando el Banco de México, cuyo gobernador es Agustín Carstens, corrigió la metodología e incorporó al registro los viajeros que arriban por la frontera sur.
Técnicamente fue una decisión correcta, pues hizo más precisa la medición y políticamente dejó a salvo los resultados del gobierno federal.
Se habría visto muy mal, por decir lo menos, que mientras Felipe Calderón anticipaba que México sería el quinto receptor de turistas la realidad dijera que el país iba caminando como los cangrejos, para atrás.
Ello sin pasar por alto la política de comunicación excesivamente triunfalista que practicaba la Sectur, hasta el punto que incluso los propios funcionarios, como el subsecretario Ricardo Anaya, hoy diputado federal, llegaran a decir que ésta era la única dependencia capaz de difundir un comunicado optimista con un solo dato positivo… Aunque todos los demás fueran malos.
¿Hay ahora una actitud de derrota de Ruiz Massieu o un ánimo de golpear a su antecesora?
En realidad no hay elementos para considerarlo así.
Quien relea el discurso de la funcionaria en el Tianguis, se encontrará con un mensaje que no sólo reconoce el potencial turístico de México, sino que además delinea la estrategia a través de la cual recuperará su posición de liderazgo en este sector.
En cambio sí se percibe su interés por mostrar con realismo el sitio en que se encuentra México y a partir del cual es necesario asumir nuevos retos.
Pasar por alto ese análisis sería como reconocer que aquel panorama triunfalista que vendía Guevara era cierto y que, los problemas se gestaron a partir del primero de diciembre de 2012.
