Una iniciativa de ley que amenaza las inversiones turísticas

 
Carlos Velázquez
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Parafraseando aquello de que “todo tequila es un mezcal, pero no todo mezcal un tequila”; “todo tiempo compartido es un club vacacional, pero no todos los clubes vacacionales son tiempos compartidos”.



El modelo de los clubes vacacionales son parte del negocio de muchos grupos hoteleros en México; basta decir que en el país facturan anualmente cinco mil 100 millones de dólares y que 60% están en Riviera Maya.

Pero este mercado está cambiando y hay una demanda creciente por clubes vacacionales que den acceso a tarifas y condiciones especiales, una nueva forma de hacerle mercadotecnia a los tiempos compartidos clásicos.

Con esa lógica nació en Quintana Roo la Asociación de Complejos Vacacionales y Turísticos (Acotur), que preside Alberto Solís quien también dirige Unlimited Vacation Club de Apple Leisure Group.

El año pasado escribimos aquí sobre las diferencias entre Acotur y la Asociación de Clubes Vacacionales (Acluvac) que preside Patricia de la Peña; una discusión entre ver al pasado y apuntar al futuro, cuando finalmente el mercado es el que manda.

La ley obliga a las empresas de “tiempos compartidos” a “afectar” un porcentaje de los cuartos de un hotel o resort para cumplir con sus tiempos compartidos.

En este sentido, y viendo al pasado, el diputado estatal de Morena Luis Fernando Chávez Zepeda está lanzando una iniciativa de Ley sobre el régimen de tiempo compartido en Quintana Roo.

Se trata del presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Protección Civil, lo que también parece revelar que su foco no es el turismo; así es que su iniciativa podría desalentar las inversiones en el negocio del hospedaje.

En la parte más crítica, obligaría a una afectación mínima 10% de las habitaciones de un hotel o complejo en marcha que opere tiempos compartidos y de 50% en los nuevos que quieran dedicarse a ese negocio.

También le da un gran peso a la Procuraduría del Consumidor y multiplica las opciones para que la autoridad pudiera hacer visitas de inspección, lo que provocaría burocratismo y oportunidades para las corruptelas.

Además refuerza el concepto tradicional del tiempo compartido, en lugar de abrirse a las nuevas oportunidades de comercialización que ofrecen la tecnología y que demandan los nuevos perfiles de los consumidores.

Un club vacacional es mucho más flexible, permite acceder a tarifas únicas y da ventajas a sus socios quienes tampoco son dueños de una propiedad cuando compran un tiempo compartido.

Esto no significa que aquí se esté planteando una legislación laxa que lleve a no cumplirle al cliente; cuando lo realmente valioso sería una normatividad de avanzada que reconozca las nuevas tendencias del mercado.

Los socios de Acotur suman a 101 hoteles de todas las categorías en Quintana Roo, con un inventario de 40 mil habitaciones.

Hoy los clubes vacaciones y los tiempos compartidos están jugando un papel importantísimo en la recuperación de los destinos de Quintana Roo.

Ellos están contribuyendo de forma relevante a que en julio haya en esa entidad una ocupación del 26-27%, es decir del 85% de ese 30% que el gobierno estatal permitió que se abriera.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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