Una fórmula fiscal que no ayuda al turismo

 
Carlos Velázquez
hrs.

Los esfuerzos infructuosos que ha hecho el gobierno de Baja California Sur, cuyo titular es Carlos Mendoza Davis, para aumentar los ingresos fiscales a través del turismo, no le quita validez a esta preocupación.

Técnicamente su administración no ha encontrado la fórmula para hacer válida la reforma legal que autoriza a su gobierno a cobrar un aprovechamiento de 350 pesos por cada turista internacional que pernocte en ese estado.



Uno de los aspectos que no han sido revisados tiene que ver con el diseño de las fórmulas de participación fiscal entre la Federación y los estados.

Entre los elementos que se consideran para esas fórmulas de reparto, se encuentran el tamaño de las poblaciones como sus niveles de bienestar.

Los economistas no hablan de uno, sino de “dos Méxicos”; uno es el del centro y el norte, con sus tasas de crecimiento elevadas y sus ingresos por arriba del promedio nacional.

El otro es el de los estados más rezagados, la mayoría de ellos ubicados en el sureste y donde los problemas de pobreza se agudizan.

Un país debe ver por todos y negarse a apoyar a los menos favorecidos, lleva a situaciones extremas como la que hoy se vive en España, donde hay una amplia corriente de catalanes que quiere su independencia con el argumento de que están trabajando para otros.

El problema con los destinos turísticos más relevantes de México es que se han consolidado como unas máquinas de generar recursos fiscales; aunque con las fórmulas actuales no les alcanza para hacer frente a necesidades prioritarias.

En el último año, los casos de violencia en Los Cabos parecerían evidenciar un gobierno inepto que tolera que el crimen organizado siga proliferando en la entidad.

El argumento de Mendoza y su equipo es que carece de los recursos materiales para combatir eficazmente esta problemática, no obstante que tienen la voluntad política para hacerlo.

Aquí existe una disparidad notable entre los ingresos fiscales que genera, en gran medida gracias al turismo, y los que tiene para hacer frente a esas necesidades urgentes.

Más allá de un tema de justicia, Baja California Sur tiene uno de los ingresos per cápita más altos del país; el asunto es que si no se atiende este problema, el peligro es que maten a la “gallina de los huevos de oro”.

Una solución sencilla parecería ser aumentar el impuesto al hospedaje.

Si en destinos con alta demanda en otros países, como Nueva York, el impuesto que se cobra a los viajeros es muy superior al de cualquier destino de México, pues habría que pensar en hacer lo propio.

Hoy, dichos fondos están etiquetados para la promoción y abrir la puerta para que se repartan hacia otros fines podría generar bajo otros escenarios turísticos un problema mayor al que se trata de resolver.

Cambiar las fórmulas de reparto de los ingresos para los destinos turísticos es un tema que no se percibe como viable para este sexenio, pero debe ser uno de los puntos a discutir en la agenda turística del próximo.

 



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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