Después del evento en Cozumel durante el cual Gerard R. Cahill, presidente de Carnival Corporation, manifestó su intención de invertir 150 millones de dólares en dos home ports en México, el ejecutivo voló a Miami.
Allí ocurría uno de los eventos anuales más importantes del mundo de los cruceros y no pasó desapercibido que el propio Cahill manifestara su malestar por el trato que Carnival recibió de los medios, tras el hundimiento del Costa Concordia.
Un trato injusto para Carnival, desde su perspectiva, por ser propietaria de Costa.
El hecho recuerda aquella vieja consigna de la izquierda: “Salario mínimo al presidente, para que vea lo que se siente”.
Carnival no sólo ha sido incisiva respecto a la inseguridad en México, sino que ha buscado sacarle todo el provecho posible.
Para no ir más lejos, ahora su propuesta es que los puertos del Pacífico mexicano no le cobren nada a sus barcos por anclarse allí.
Divisadero
DF. Aunque su posición como secretario de Turismo de la Ciudad de México ha sido no hablar, ni bien ni mal, de Alejandro Rojas, su antecesor, Carlos Mackinlay ya comenzó a hacer cambios en esa dependencia.
Él mismo le pidió la renuncia a Luis Eduardo Ros, quien fungía como director del Instituto de Promoción Turística y era uno de los funcionarios más cercanos a Rojas.
De hecho, actualmente ya está despachando en ese cargo Mauricio Reina, quien si bien fue secretario particular de Rojas, es una persona cercana a Mackinlay.
La idea es que él ocupe dicho cargo, una situación que deberá ratificar Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del DF.
En realidad, el nuevo titular de Turismo no llegó con ánimo de cobrar cuentas pasadas, pero en la salida de Ros, que se formaliza el último día de marzo, influyeron las diferencia que este último tuvo con Mckinlay antes de que fuera removido como titular de congresos y convenciones de esa misma dependencia.
Fiesta. Para quienes consideran que México es un sitio peligroso para el turismo, deberían de haberle echado un ojo a la “fiestecita” que se llevó a cabo en el Rosewood de Maya Coba, el pasado fin de semana.
Fue el cumpleaños de Phillip Green, un británico cuya fortuna está tasada en miles de millones de libras esterlinas y que está en la lista de los diez hombres más ricos de Gran Bretaña.
Entre los asistentes al ágape por su 60 aniversario, estuvieron Lady Gaga, Robbie Williams, Carlos Santana, Enrique Iglesias y Leonardo di Caprio.
Al aeropuerto de Cancún llegaron dos jumbos charteados para el evento y el FBO tuvo una afluencia extraordinaria de jets privados.
Nada mal para un evento en la Riviera Maya