Por un voto el Congreso de Baja California Sur frenó la iniciativa de Ley de Movilidad que el gobernador Carlos Mendoza envió el año pasado; así es que los habitantes de ese estado seguirán padeciendo un servicio de transporte público de tercera.
En este caso los políticos y legisladores de la 4T fueron los responsables de bloquear unos cambios que apoyaba 90% de los sudcalifornianos; así es que una vez más se saldrán con la suya los políticos, ahora desde Morena, que están detrás de los taxistas quienes defienden unos privilegios absurdos bajo muchas perspectivas.
Tienen razón los de la 4T cuando dicen que no son tolerables los “paraísos turísticos con infiernos de marginación” y que por ello hay que invertir más recursos públicos en pavimentar las calles y en mejorar la infraestructura de salud y educación.
Pero es una paradoja que de esas mismas filas de la izquierda, hayan salido los personajes que impidieron que haya mejoras importantes para la ciudadanía y los turistas a través de la competencia.
Sus jefes políticos son quienes defienden esos “infiernos de marginación”, pero utilizando caretas de “pobres” cuando en realidad viven de los oligopolios y en condiciones de opulencia.
En las redes hay un video de Víctor Castro, el súper delegado designado por el presidente López Obrador, quien le agradece a los 11 diputados que frenaron la Ley de Movilidad y dice:
“Defendamos a los taxistas.
“Esto no es en contra de Uber, pues hay gente que me dice: Yo si quiero Uber (cita en tono de burla). ¿Y la historia de los pueblos?
“También me dicen: Los taxis no sirven… Pero es la gente fifí”.
Así es que ciudadanos y turistas no podrán usar Uber; los taxistas se mantendrán transportando a los clientes en sus viejos cajones con ruedas a precio de Mercedes Benz y las transportadoras privadas seguirán sufriendo “las de Caín” para competir.
Sin olvidar problemas más específicos, como los retos que hoy enfrentan para transportarse los discapacitados o la contaminación que genera el uso de vehículos viejos.
En esta mala decisión participaron 11 legisladores, a quienes les aplaudió Castro, mismos que votaron en contra de la Ley y de la ciudanía; pero también hubo 10 que lo hicieron a favor y demostraron su valor político y civil.
Ellos y otros muchos son lo que realmente trabajan, para acabar con esos “infiernos de marginación” que, al menos en este caso, preservaron los seguidores de López Obrador.
Divisadero
Una buena. En cambio es muy positiva la Ley de Turismo Médico que impulsó el también legislador morenista Luis Alegre, presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados.
El cuerpo legal fue aprobado por unanimidad, pasó al Senado y según Carlos Arceo, quien preside el Consejo Mexicano de la Industria de Turismo Médico, permitirá un trabajo coordinado entre las Secretarías de Turismo y de Salud; incentivará las inversiones provenientes de EU y Canadá; además de que abrirá las negociaciones para que más ciudadanos de esos países se atiendan en hospitales mexicanos con cargo a sus seguros.