Un impuesto turístico que se pulveriza

 
Nallely Campos
hrs.

Durante el pasado Tianguis Turístico que se realizó en Acapulco, algunos miembros del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), que preside **Pablo Azcárraga**, analizaron presentarle a **Peña Nieto** un estudio peculiar.



En realidad lo pidió hacer la Asociación Mexicana de Cadenas de Hoteles (AMCH), que preside **Luis Barrios** quien comanda Citiexpress. El propósito del mismo era identificar lo que hace cada estado del país con el impuesto al hospedaje, cuya historia es realmente truculenta. En Estados Unidos este impuesto ha dado origen a grandes proyectos de promoción turística como el buró de turismo de Las Vegas (LVCVA), en inglés, o el de Nueva York (NYC&CO). Dos destinos que tienen recursos multimillonarios para la promoción turística y cuyas cifras de arribo de visitantes hacen palidecer a varios países.

Para no ir muy lejos, a Las Vegas llegan más de 40 millones de turistas al año, de los cuales más de 25 millones son extranjeros, contra México, que está llegando, este año, a cerca de 30. En México dicho impuesto nació hace ya unas dos décadas y, en el camino, se ha hecho lo que cada gobierno ha querido, como en Oaxaca donde, incluso, ha servido para pagar fiestas de quinceañeras a nombre del gobernador.

Los problemas son de varios órdenes, como:

1. Con el tema de la soberanía, nadie puede auscultar a los estados.

2. Hay muchas carencias y hay que echar mano de lo que sea.

3. Los políticos lo han visto como una forma de que el turismo le regrese lo que le aportan los destinos.

Lo malo de todo esto es que el propósito de estos recursos no apoya una apuesta clara, como lo es impulsar el círculo virtuoso de más dinero al turismo para que lleguen más viajeros que derramen más a los destinos.

El asunto es muy complicado, y cambiarlo a nivel nacional implicaría entrar a una negociación con los gobernadores que no tiene de dónde apoyarse. De hecho, en el Tianguis, el CNET decidió no meter el tema; había otras prioridades como desatorar los recursos del Consejo de Promoción Turística.

Seguramente los únicos que pueden presionar para que se haga un uso serio y productivo de estos fondos son los empresarios.

Aunque, para ello, hace falta una clase empresarial unida y poderosa, como la que hay en Los Cabos, pues en Baja California Sur ha habido un manejo ejemplar de estos fondos y que se ha traducido en más ocupación de los cuartos hoteleros, más asientos de avión y mejores tarifas. Revisar este tema es un asunto que le podría dar un nuevo impulso a la actividad turística que sigue siendo un asunto muy menor para muchos gobernadores de México.

**DIVISADERO**

Más compras. Tras la reciente inversión de Expedia en Despegar, Grupo Priceline, que es la agencia de viajes por internet más grande del mundo, no se quedó atrás y acaba de invertir en Hotel Urbano, que es la agencia por internet más grande de Brasil.

El enorme mercado de los viajeros que compran por internet se sigue reconformando.



hrs.

Periodista especializada en turismo

Notas relacionadas
Ir a la barra de herramientas