Un ex colaborador de Calderón regresa a impulsar la marca México

 
Alonso Gordoa
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El nombramiento de Jaime Díaz como responsable de la marca país en la Presidencia de la República, resultó una sorpresa para quienes trabajaron con él en la Secretaría de Turismo.



Este personaje colaboró primero en Sabre y salió de allí con sospechas de un intercambio de información con otra globalizadora, Amadeus.

Después estuvo en American Express y Gloria Guevara, la anterior secretaria de Turismo, lo instaló en el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) al frente de la marca México.

Si hubiera hecho un trabajo propositivo y eficiente nadie se habría molestado con él, pero como se publicó alguna vez en este espacio Díaz se “subió al tabique” y se mareó.

Después de un año en esa posición, ya sólo acordaba con Guevara y tenía puntadas como echarle en cara a todo el mundo que su nivel de relación ya era como el de Carlos Slim, el empresario más rico del mundo.

Díaz tuvo a su cargo proyectos muy costosos y en su último año en el CPTM, aunque su oficina estaba en la Sectur, ejerció un presupuesto de más de 400 millones de pesos.

Estos fondos no provinieron del Derecho de No Inmigrante (DNI), sino del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) y aunque la partida sigue formalmente en el CPTM todo indica que será traspasada a la Presidencia.

Fue entonces cuando ya presumía de haberse convertido en un publirrelacionista de “sangre azul”, quien a partir de las cinco de la tarde despachaba en el bar del hotel Habitat en Polanco.

Entre sus metidas de pata más comentadas, se recuerda la publicación de algunos folletos y textos en inglés, por ejemplo en relación con el Royal Tour, en donde había errores históricos, geográficos y ortográficos sobre México.

También la relación ríspida que tuvo con las agencias de publicidad y relaciones públicas contratadas con el CPTM, lo que le quitó
eficacia a su trabajo.

A nadie le consta su supuesta amistad con Slim, pero ciertamente tenía una buena comunicación con Claudio X. González, un empresario con una posición relevante en el mundo de los negocios, liderazgo en la opinión pública y quien probablemente lo respaldó.

Ahora la Presidencia lo contrató y tiene el compromiso de mejorar la imagen de México en el exterior, aunque de paso podría hacer algo para mejorar la suya.

Divisadero

Hoteleros. Luis Barrios, el nuevo presidente de la Asociación Nacional de Cadenas de Hoteles (ANCH), tiene un plan de trabajo en el que buscará aterrizar a nivel regional la transversalidad de las dependencias públicas a favor del turismo.

Ciertamente, la problemática que viven los hoteles es muy distinta en la frontera norte, en el Caribe mexicano o en las principales ciudades de negocios de la República.



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