Un breve homenaje a los 50 años de Cancún

Carlos Velázquez
 
Carlos Velázquez
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Antes que turístico, Cancún fue un proyecto financiero diseñado en el Banco de México para captar divisas y equilibrar el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos.



Ayer ese gran destino, uno de los más importantes del mundo, cuyo nombre es más conocido que “México”, cumplió 50 años en una de las horas más duras de la historia de la humanidad.

En un cajón se quedaron los discursos, los conciertos y se postergó la inauguración del Parque Cancún.

También se perdieron las fiestas, nunca se destaparon las cervezas, ni se descorcharon las botellas de champaña; a cambio las ambulancias de la Cruz Roja, y sus valientes equipos, trabajaron sin tregua transportando pacientes de Covid-19.

Enero y febrero habían sido dos meses de recuperación del turismo internacional para esa plaza; pero en abril, Cancún se encuentra casi sin turistas.

Quizá dentro de algunos meses alguien piense otra vez en colocar una “cápsula del tiempo”, como era el plan original; pero ayer, aquellos empresarios que fundaron Cancún sólo pudieron compartir sus recuerdos y sus anécdotas en su chat del WhatsApp.

Un sentimiento de nostalgia se percibía en las redes y en los medios de Cancún, apenas se asomaron las grandes anécdotas como la del Boeing 707 que aterrizó en 1976 en la avenida Kabah, a la que el piloto confundió con una pista.

Carlos Constandse, uno de aquellos empresarios que llegó no hace 50 pero sí 46 años a Cancún, anticipa que después de la crisis del nuevo coronavirus los cambios serán profundos, pero todavía nadia los puede garantizar.

¿Cuánta gente querrá seguir volando?, ¿qué tendrán que hacer los destinos para darle confianza al viajero de que son sanitariamente seguros?

¿Cuáles serán los ganadores y perdedores de esta historia?, ¿cuánto tiempo falta para pensar en volver a viajar?

Las preguntas sin respuesta se acumulan, pero Constandse también es un apasionado de los viajes y, con su amada esposa Noemí y sus amigos Cristina y Romárico, ha recorrido gran parte del mundo.

Como ellos, todo aficionado a las travesías sabe que pocos lugares en el planeta tienen ese mar azul turquesa, esa naturaleza desbordada, esas playas de arena como talco, esos vestigios culturales, esa gastronomía y esa calidad en el servicio.

Un destino en donde, a 50 años de su nacimiento, hay muchos más atractivos como los parques y los centros comerciales.

Todo esto explica por qué desde su fundación a la fecha, la estancia promedio pasó de cuatro a siete noches por turista.

Un destino donde hay una clase empresarial con empuje, que a los seis años de fundado el destino ya había demolido el primer hotel para reemplazarlo por otro que se adecuara al mercado.

Un sitio con una ubicación geográfica privilegiada y con el aeropuerto mejor conectado de México. En eso finca Constandse su confianza de que a Cancún le faltan muchos aniversarios por celebrar; seguramente con alegría y no con esa nostalgia del onomástico de este primer medio siglo de su vida.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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