Torres y los dividendos de apostar al largo plazo

 
Nallely Campos
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Sí hay a quienes el cambio climático todavía les parece un “mito genial”, pero para **Miguel Torres Maczassek**, uno de los propietarios y director general de la bodega Torres, es uno de los retos más grandes de la industria vitivinícola.



La historia de esta compañía, que factura anualmente 240 millones de euros, más de 11 mil 500 millones de pesos, es una de las más fascinantes en el mundo del vino. En la actualidad tiene mil 300 empleados, está presente en 160 mercados de los cuales el mexicano es el más importante en el exterior y recibe anualmente en sus bodegas a más de 120 mil turistas.

Pero además fue la primera en España que embotelló vino y también la primera en derrotar en una cata ciega a un vino francés de alta gama.

Mas la plana, una etiqueta que desarrolló su padre, en 1970 dejó en segunda posición en un concurso mundial a Romanée-Conti, uno de los vinos franceses de culto.

Así es que por las venas de esta compañía corre el ADN de la innovación y ahora, por ejemplo, ya tienen un viñedo en el Pirineo Catalán, que antes estaba fuera de los circuitos del vino, debido a sus bajas temperaturas.

En los registros estadísticos de todas sus propiedades en España, Chile y Estados Unidos, hay evidencia de que la temperatura del planeta ha subido un grado en los últimos 30 años y prevén que aumentará cuatro más de aquí al fin de siglo.

Cambio radical debido al cual **Torres**, quien está de visita en México, anticipa que, además del gran vino espumoso que se está produciendo en el condado de Kent, en Inglaterra, también se estará haciendo buen vino en los países escandinavos y en la Patagonia chilena, por mencionar unos casos.

La más reciente y temeraria apuesta de esta familia, fue desarrollar Escaleras de Empedrado, un Pinot Noir chileno que se produce en un terreno arcilloso, donde aflora en la superficie la pizarra, piedra que también está en contacto con las raíces de la vid.

Una verdadera rareza en donde **Torres** invirtió cuatro millones de dólares, pues las aves y el clima acabaron consistentemente con las primeras cosechas.

Finalmente consiguieron un vino extraordinario, de cuerpo medio, redondo y de sabores intensos que estará en las tiendas mexicanas en casi tres mil pesos, lo que también ya es en sí un reto comercial.

La compañía tiene además un proyecto de rescate de cepas ancestrales, otro de reducción de la huella de carbono y **Miguel Torres** dice que la historia de su familia ha probado que los negocios novedosos y de largo plazo pagan buenos dividendos.

También reconoce que difícilmente se amortizará la inversión de Empedrado, pero que al final el empuje y el conocimiento adquirido para desarrollar productos nuevos, ha sido una de las claves del éxito de una firma que tiene más de un siglo de existencia.

Una visión poco ordinaria que, al final, ha servido para construir una de las marcas de vino más valiosas del mundo.



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Periodista especializada en turismo

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