Si los sistemas de “tiempo compartido” nacieron en Europa hace más de tres décadas, fue en Estados Unidos donde se identificó el potencial de este negocio y México es el segundo destino en este segmento después del vecino del norte.
La semana pasada se llevó a cabo la Convención Anual de la Asociación Mexicana de Desarrolladores Turísticos (Amdetur), que preside Patricia de la Peña, y fue un momento importante para revisar los avances y retos de este segmento. De la Peña es una empresaria que forma parte de una de las familias de propietarios de hoteles con más arraigo en Quintana Roo.
Su hermano Rodrigo, es expresidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y además de varios productos tradicionales, han incursionado en otros especializados como los hoteles sólo para adultos.
A De la Peña le cayó de rebote la presidencia de la Amdetur, pues luego del periodo en que estuvo al frente Romárico Arroyo, lo iba a reemplazar José Carlos Azcárraga, accionista de Grupo Posadas y responsable de la división de los tiempos compartidos.
Sin embargo, en esas discusiones que se dan entre los dirigentes empresariales algunos consideraron que no era conveniente que encabezara la Amdetur, cuando su hermano Pablo Azcárraga es el presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET).
Así es que le propusieron la posición a De la Peña, quien la aceptó sin haber tenido este reto como uno de sus objetivos profesionales.
Claro que su posición, contrario a lo que algunos podrían haber esperado, no ha sido “nadar de muertito” y uno de los asuntos que está empujando es una campaña de reposicionamiento del sector.
Los empresarios del tiempo compartido han hecho esfuerzos por mejorar su imagen, pero hay algunos aspectos que pesan en su contra.
El más importante de ellos es la comercialización, pues en el mercado prevalece la perspectiva de que tienen modelos muy agresivos de venta.
A muchos de los lectores seguramente les ha tocado alguna vez en su vida encontrarse con uno de esos vendedores, que después de tratar de ganarse su interés con un desayuno o una ronda de golf gratis inician un trabajo de ventas muy insistente.
De hecho, en la Procuraduria Federal del Consumidor siguen existiendo muchas quejas contra las empresas de tiempos compartidos, pero allí hay dos consideraciones que hacer.
La primera es que hay empresas fantasma que venden espejismos bajo este concepto y que además son combatidas frontalmente por la Amdetur.
La otra es que la ley protege al comprador y que en muchos casos, los quejosos no llegan a sufrir un daño patrimonial como tal.
Explicar todo esto es un reto y una de las prioridades para De la Peña.