La marca Tesoros de México atraviesa por el peor momento desde que fue lanzada y su futuro es incierto.
Enrique de la Madrid, como secretario de Turismo tuvo la oportunidad de entregársela a los particulares; pero al no hacerlo, esa dependencia sin recursos en que se convirtió Sectur carece de elementos para que siga cumpliendo con su propósito.
El actual secretario Miguel Torruco y su director de normatividad José Zeind Domínguez han tomado una posición que deja a Tesoros en el peor de los mundos.
Por una parte, quieren que los hoteles y restaurantes que la ostentan sigan pagando a un tercero por renovar la certificación de esta; aunque por el otro dicen carecer de elementos normativos para quitarle la placa a quienes no cumplan con las reglas.
Esto significa que quienes se han esforzado por cumplir con los exigentes lineamientos para ser un establecimiento Tesoros deberán seguirlo haciendo; aunque de lo contrario de todas maneras podrán seguirse ostentando como miembros de este club de producto, sin serlo.
Desde que el español Tono Franco lanzó Tesoros, la participación de algunos gobiernos estatales y luego del gobierno federal provocó distorsiones indeseables.
Mientras se pagó la certificación con recursos públicos la mayoría de los establecimientos estuvieron de acuerdo en mantener la marca, pero la situación cambió cuando cada uno tuvo que hacerse cargo de estos gastos.
La consecuencia final es que resulta cada vez menos importante ser un producto Tesoros o no, cuando ya son casi dos décadas de inversión en una marca que orientaba a los consumidores para elegir un establecimiento de calidad.
Hoy muchos hoteles boutique están atravesando por un momento de recuperación, después de los difíciles años de 2020 y 2021 dominados por la pandemia del Covid-19.
Lo que se ha visto desde finales del año pasado, es un crecimiento en la demanda de hoteles a corta distancia desde las grandes ciudades; lo que evita hacer largos recorridos o viajes en avión.
Una tendencia que se puede fortalecer este año, luego de que Rusia invadió a Ucrania lo que no sólo está desalentando nuevamente los trayectos de larga distancia, sino que está encareciendo de forma marcada el precio de la turbosina que ya se está reflejando en los boletos de avión.
Una solución clara sería que Sectur marcara con claridad los lineamientos para ostentar la marca Tesoros y que después dejara que los propios hoteles y restaurantes pudieran elegir las empresas certificadoras y las causas para ser dados de baja.
Con ello la marca volvería a ser confiable para el consumidor y sólo se quedarían los que se esforzaran y pagaran la certificación para conseguirlo.
El problema es que entonces Tesoros dejaría de tener un sentido político, algo con lo que no concuerda Sectur.
Divisadero
Aeropuerto de Toluca. Si bien hoy los reflectores están puestos encima de la inminente inauguración del Aeropuerto de Santa Lucía, no hay que perder de vista algunos cambios previsibles en el de Toluca.
Por ejemplo, e increíblemente, las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes están detrás de una empresa mexiquense que, increíblemente, tiene la concesión de los hangares de aviación privada por los que cobra sin invertir un solo centavo.
Detrás está un grupo de políticos mexiquenses, que desde hace muchos años han encontrado una mina de oro que les ha dado ganancias muy importantes.