Bangkok. La eliminación de las visas ha mostrado su efectividad para que siga creciendo la actividad turística y los casos de éxito son notables.
El más reciente para México el de Colombia, que hoy es el quinto emisor de turistas con un crecimiento enero-julio de 15% contra el mismo periodo del año previo.
Otra oportunidad es acabar con la exigencia de visado entre México y Tailandia; situación que hoy lo único que genera es muchos dolores de cabeza.
Tailandia es una potencia cultural y gastronómica; un referente mundial en el turismo de salud; además de que se ha sabido posicionar bien en el mercado de sol y playa en ciertos mercados emisores de viajeros, como India y Rusia.
Cada año más de 20 mil mexicanos viajan a Tailandia, no sólo por las razones antes descritas; sino porque además Bangkok es un hub para visitar el sureste asiático.
Una condición que se vuelve más importante, debido al incremento de conectividad entre México y Asia.
Hoy las puertas para viajar desde México son Shangai, Seúl y Tokio, a donde vuela Aeroméxico que dirige Andrés Conesa; y de allí un vuelo a Bangkok es también la opción para conectar a países como Myanmar, Cambodia o Vietnam.
De hecho Southern China, que vuela desde Guangzhou a la Ciudad de México, con una escala técnica en Vancouver, acaba de llevar a la CDMX a un grupo de touroperadores tailandeses para que vean las oportunidades de negocio.
Jaime Nualart, embajador de México en Tailandia y “viejo lobo de mar en las lides diplomáticas”, ha estado trabajando en la eliminación de las visas pues resulta que no sólo son dos países con niveles de ingresos per capita parecidos, sino que además el primero está en la posición ocho de los más visitados del mundo y el segundo en la nueve.
En este momento no hay nada que hacer, por ejemplo, cuando un viajero mexicano se equivoca y quiere aprovechar el hub de Bangkok para moverse por el sureste asiático, si no tiene una visa de entradas múltiples.
La solución además la ha puesto Tailandia varias veces sobre la mesa y es celebrar un acuerdo de eliminación de visas; lo que además permitiría que más tailandeses, un país con 64 millones de habitantes, viajaran a México pues hoy sólo van unos dos mil por año.
Como el gobierno mexicano no ha estado de acuerdo, entonces las autoridades consulares tailandesas aplican las reglas by the book; algo que recuerda la frase de Benito Juárez:
“A los amigos justicia y gracia; a los enemigos, la ley”.
Lo peor del caso es que el origen de esa reticencia a eliminar la visa, fue por presiones en el pasado de Estados Unidos con el argumento de que los tailandeses se colarían ilegalmente a su país desde México.
Hoy el gobierno de Donald Trump ha ofendido frecuentemente a los mexicanos y también en este caso resultado que los mexicanos siguen cuidando los intereses estadounidenses.