Una de las funcionalidades más comentadas del iPhone, presentada junto con su sistema operativo iOS 6 en septiembre de este año, es la versión en español de Siri. Se trata de un asistente personal (algo así como una secretaria digital), que entiende el lenguaje natural (el hablado o escrito por personas humanas, que surge en forma espontánea de la necesidad de comunicarse y que está lleno de imágenes, regionalismos y múltiples aspectos culturales, a diferencia de los lenguajes desarrollados para la comunicación entre máquinas, que son rígidos y limitados).
Si bien es cierto que con Siri podemos programar una cita, poner el despertador e incluso enviar un correo sin necesidad de usar el teclado, es importante decir que no todos nos sentimos cómodos hablándole al teléfono cuando vamos caminando solos por la calle, pero si el superagente 86 podía hablar con su zapato, yo creo que pronto nos acostumbraremos.
Siri puede ser ocurrente y divertida, por ejemplo al probar con la pregunta ¿qué es la vida?, la primera respuesta que nos da es algo que tiene que ver con el chocolate, pero si seguimos insistiendo con la misma pregunta, pronto nos contestará “me rindo”. Si continuamos haciendo preguntas carentes de utilidad, nos sugiere amablemente “¿volvemos al trabajo?”.
Debemos tener conciencia de que todo lo que le decimos a Siri, es enviado a través de Internet a múltiples servidores que le ayudan a encontrar recomendaciones, personalizar resultados y seguir instrucciones. Esto, utilizado en una forma poco ética, podría llegar a comprometer la seguridad o al menos invadir la privacidad de sus numerosos usuarios.
Podemos decirle a Siri: “tengo hambre” y te muestra múltiples opciones de restaurantes cerca de donde te encuentras. Sin embargo, si conoces bien la zona, te darás cuenta de que omite múltiples alternativas. Los propietarios de establecimientos, deben poner especial atención acerca de la relevancia de tener una adecuada estrategia de presencia en Internet. Es lógico suponer que quien sale a comer cerca de su oficina, rara vez solicitará la ayuda de Siri, pero para los turistas, o para quién se encuentra en un rumbo poco conocido, sin duda se volverá una opción atractiva.
Siri se ha integrado a numerosas marcas de automóviles, en los que se podrá solicitar su ayuda, presionando un botón en el volante. Esto es tan solo un ejemplo que permite suponer que sus habilidades aumentarán día a día. Cada persona tiene un registro de voz único, algo así como la huella digital o el patrón de vasos sanguíneos de la retina, por lo que pronto será posible que algunos sistemas, puedan verificar nuestra identidad a partir de la voz y hacer transacciones comerciales, o tener acceso a sitios seguros, con este medio de autenticación.
Es inevitable dejar de recordar a HAL, la computadora de la extraordinaria película de Stanley Kubrick filmada en 1968, que a través de una cámara de color rojo, interactúa con la tripulación de la nave. HAL tenía capacidades de reconocimiento de voz, de rostros, de procesamiento de lenguaje e interpretación de emociones, e incluso para la poca fortuna de los astronautas, podía leer los labios. En 1968 había grandes expectativas de que para 2001 una computadora podría hacer casi cualquier cosa que pudiera hacer un humano. Sin embargo, la realidad demostró que la inteligencia artificial, todavía dejaría a la ciencia ficción el terreno del lenguaje hablado, el sentido común y la interpretación de las emociones, aunque la brecha se va cerrando poco a poco.
La competencia por el liderazgo tecnológico, es impresionante y no tardó en aparecer el equivalente a Siri para el sistema Android, se llama Sherpa y está disponible desde el 17 de diciembre. Veremos en los próximos meses, cuál se adapta mejor a las características del español en nuestro país, aunque con nuestras costumbres de empobrecer el idioma, les va a costar trabajo. ¿A quién entenderán que nos referimos si les decimos wey?
*Esta nota se ha tomado de los apuntes del curso Informática para el Turismo de la Licenciatura en Administración Turística de la Universidad Anáhuac*
