Si una de las sorpresas a la llegada del presidente **Enrique Peña** al gobierno fue no sólo la ratificación sino el ascenso de **Rodolfo López Negrete** a director general del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), el día a día también ha sido sin grandes contratiempos.
Sin embargo, la semana pasada un funcionario del CPTM fue descubierto en una falta administrativa que ameritó la separación de sus funciones, mientras enfrenta un proceso de inhabilitación.
Su potencial castigo podría ser, incluso, injusto debido a la forma en que se gestó este problema, que involucra a otro funcionario activo en el turismo, aunque para un destino del Pacífico mexicano.
El servidor público destituido, temporal o definitivamente, es **Víctor Romero**, quien ocupaba la dirección del CPTM en Buenos Aires, Argentina.
La historia de este caso se remonta varios años atrás, cuando **Guillermo Ohem**, hoy director de la Oficina de Visitantes y Convenciones (OVC) de Puerto Vallarta, se encontraba al frente y él mismo invitó a Romero a sumarse.
Entonces Ohem contrató un despacho fiscal, para que recuperara a nombre del CPTM los impuestos al consumo que habitualmente paga en Argentina.
Como sucede con otros países con los que México tiene tratados para evitar la doble tributación, a través de este mecanismo se consigue un ahorro que además en Argentina es relevante, pues su impuesto al consumo ronda 20 por ciento.
Hasta allí todo bien, pero resulta que según la legislación vigente Ohem debió haber devuelto esos recursos al fisco y en realidad los aplicó para hacer frente a otros gastos de la oficina.
Cuando salió de ese puesto, Romero, quien era director administrativo, fue ascendido y mantuvo esa práctica, en el entendido de que así era la costumbre hacerlo.
Pero como no hay enemigo pequeño, en este caso enemiga, resulta que una ex subordinada, quien llegó a Argentina, luego de trabajar con el ex secretario de Gobernación, **Juan Camilo Mouriño** (qepd), fue despedida por Romero y ella hizo llegar esta información al Órgano Interno de Control del CPTM.
Además de otra que involucra a un medio de comunicación de la industria turística radicado en Sudamérica.
Aparentemente en el caso de los impuestos no hubo robo o peculado, el dinero se utilizó para el gasto corriente, aunque hay preocupación por el tema.
Sobre todo por parte del propio Ohem, quien gestó la práctica, con lo que se le abre un nuevo frente además de lidiar con las autoridades municipales perredistas en Puerto Vallarta.
Y probablemente también a otros funcionarios de las Oficinas de México en el Exterior (OME), como se les conoce a las representaciones del CPTM, por aquello de que “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, echa las tuyas a remojar”.