La clase política de Quintana Roo sigue dando por hecho que el gobernador Carlos Joaquín González se quedará en Chetumal, una vez que termine su administración, para conducir desde allí la Secretaría de Turismo.
Una percepción que se reforzó con la respuesta que el presidente López Obrador le dio a un reportero de Quintana Roo la semana pasada, cuando dijo en La Mañanera:
“Es un buen gobernador, ha hecho buen trabajo y no descartamos el que participe con nosotros en el gobierno más adelante (…)”.
Esta respuesta ambigua, es para muchos una señal de que él será titular de Sectur por dos razones:
1. Con una Secretaría desmantelada, sin recursos, con un personal no sólo desmotivado sino casi en estado de inanición; esa dependencia puede ser atractiva para Joaquín González precisamente porque lo colocaría como el político que se llevó a Sectur a Quintana Roo.
La entidad turísticamente más importante de México, no sólo tiene sino que le sobran cuadros para hacer alianzas y conducir la política turística del país.
Muchos de sus personajes en activo dentro del turismo y la política, ocuparon las posiciones más importante del Consejo de Promoción Turística en su momento.
Eso pasó con Francisco López Mena, quien fue su titular; y en segundas posiciones Artermio Santos, hoy principal enlace de los empresarios turísticos con la gobernadora electa, Mara Lezama, y Javier Aranda, quien opera en ese mismo equipo.
El empresario turístico mexicano más exitoso de los últimos años, Alejandro Zozaya, también salió de Cancún para fundar su compañía en Estados Unidos.
Además organizar la mudanza de Sectur a Chetumal es una promesa de campaña no cumplida por el presidente López Obrador.
2. El titular de Sectur sigue siendo el presidente del Comité Técnico del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), así es que Joaquín González podría apoyar al titular de esta última institución en lo que vaya a ser la inauguración del Tren Maya.
No es que Javier May, titular del Fondo, esté haciendo un trabajo destacado; pero además del retraso por los cambios en el esquema de financiamiento, al arranque del proyecto, y luego por el relevo de equipo, el tabasqueño tiene todo el respaldo de la Presidencia para librar cualquier escollo político o legal, pero la obra sigue atrasada.
Así es que un titular de Turismo con innumerables contactos en el Sureste del país, sumaría a la concreción de lo que vaya a ser este proyecto de infraestructura para 2024.
Si con Dos Bocas el gobierno federal inauguró una refinería sin ductos para el combustible procesado y sin procesar; sería menos absurdo un “mini tren”.
Probablemente sólo el presidente sepa qué sucederá con Joaquín González y la Sectur; mientras los políticos quintanarroenses siguen animados con esta idea, que por lo demás no afecta ni si quiera al propio Miguel Torruco.
Sin presupuesto, programas, licitaciones en marcha o proyectos relevantes, la posibilidad de que deje la Secretaría de Turismo está teniendo para él un costo cero.
No es que al funcionario se le esté agotando el poder, como le está pasando a Boris Johnson, el frívolo primer ministro de Gran Bretaña; porque sencillamente Sectur está en el punto más bajo de su historia.
No es exagerado señalar que la dependencia ya “tocó fondo” y si no la cierran, cualquier paso que diera Joaquín González sería para mejorar.