Sanea Fonatur sus finanzas pagando con sus terrenos

 
Alonso Gordoa
hrs.

Héctor Gómez Barraza, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), aprovechó su arribo para tomar algunas decisiones que se habían postergado en el gobierno anterior.



Si del paso de Miguel Gómez Mont, el primer titular del Fondo en el gobierno de Felipe Calderón, queda la anécdota de su pleito canchero en el estadio de futbol de Johannesburgo, en el Mundial de Futbol, en realidad las consecuencias institucionales fueron más allá de la pérdida de su imagen pública.

Acertada o equivocadamente estaba en marcha una reestructuración y varios proyectos de Fonatur Constructora estaban en marcha, por lo que generaron problemas e incumplimientos.

Una situación que se agravó con la llegada de Adriana Pérez Quesnel como titular, pues si bien tenía apoyos en el sector financiero, no sólo permitió que la problemática creciera, sino que además salió anticipadamente por el tema del centro de convenciones de Los Cabos, que no pudo concretar.

Enrique Carrillo, tercer director de la época de Calderón, se enfocó en sanear la institución, pero no tuvo tiempo y además estuvo en un momento muy complicado por sus diferencias irreconciliables con la entonces titular de Turismo, que era Gloria Guevara.

Nunca se había llegado al extremo de que los titulares de estas dos instituciones cerraran toda comunicación.

Así es que al 30 de noviembre de 2012 la deuda del Fonatur era de cuatro mil 465.2 millones de pesos, que prácticamente lo ataba de manos con su presupuesto actual.

No es extraño que la primera tarea de la administración de Gómez Barraza haya sido reestructurarla ampliado plazos y mejorando las condiciones de crédito, con lo que logró un ahorro de 350 millones de pesos. Además, Fonatur Constructora entró al supuesto de disolución previsto en la Ley General de Sociedades Mercantiles, pues perdió más de dos terceras partes de su capital. Ante la falta de recursos fiscales, el nuevo director logró que su Comité Técnico le reactivara su capacidad para contratar nuevas obras y le permitiera pagar en especie fungiendo además Fonatur como garante de los adeudos.

El mecanismo significa, en palabras llanas, pagar con terrenos con la condición de que sólo entrarán en ese acuerdo los adeudos generados hasta el sexenio pasado, pues de lo contrario habría un incentivo para seguirlo haciendo.

Hubo quienes se opusieron al planteamiento, pero la opción era mantener al Fonatur enfocado a prorrogar los juicios indefinidamente, en lugar de concentrarse en su tarea de impulsar el desarrollo turístico.

El mecanismo no incluye inmuebles estratégicos y además los arreglos se hacen mediante convenios judiciales.

Después de siete meses, el Fonatur recobra su viabilidad y ahora necesita obtener recursos, lo que debe ocurrir como parte de la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2014.



hrs.
Notas relacionadas
Ir a la barra de herramientas