En México somos muy “ácidos” pues ni la inseguridad física o legal han frenado las inversiones turísticas; ni las cifras macroeconómicas son muy distintas a las de hace seis años y tampoco se puede hablar de los riesgos de la reforma judicial antes de conocer las leyes secundarias.
Quien afirmó todo lo anterior no es un militante de la 4T, sino José Iragorri, subdirector general Corporativo y de Banca de Inversión en México del banco español Sabadell.
Ese banco privado fue el primero en entrar a financiar al sector turístico en México, pues antes de 2016 Bancomext, como banco de desarrollo, era el único que financiaba hoteles y otros proyectos turísticos.
En aquel tiempo el turismo no sólo había sido poco analizado por los financieros, sino que además pesaba negativamente el temor por la estacionalidad; pues con las temporadas altas y bajas mucho más pronunciadas que ahora, les preocupaba que hubiera meses en el año en que los hoteleros cayeran en impagos.
Hoy Sabadell tiene una inversión acumulada de mil 200 millones de dólares en el sector de la hospitalidad, que representa 22% de su cartera total.
Además, no es el único banco que financia al turismo, pues se han sumado otros como CI Banco, Inbursa y Banorte muy activos en destinos como Cancún-Riviera Maya; la Riviera Nayarita; Baja California Sur y recientemente en San Miguel de Allende, Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
Hoy no sólo hay mayor conocimiento del turismo, sino que la globalización ha permitido modificar esa estacionalidad pues los destinos mexicanos son un motivo para que los viajeros de diversas latitudes sigan viniendo.
Un ejemplo, los europeos no visitan las Islas Baleares ni los últimos ni los primeros meses de cada año porque hace frío; pero es un buen momento para venir a Los Cabos o a la Riviera Maya.
Cuando un hotel es operado o comercializado por alguna de las grandes marcas globales, ello también garantiza que tendrán el poder de llenarlo con viajeros de diversas partes del mundo.
Iragorri aclaró que no sólo han financiado proyectos que son operados bajo el paraguas de esas marcas y que hay casos exitosos de propietarios de los inmuebles que se encargan directamente de sus negocios.
Lo más importante para el banco, dijo, es que el proyecto haga sentido lo que implica que haya congruencia entre el monto de la inversión por llave con el segmento al que buscan o que los propietarios tengan experiencia en el sector turístico.
Nos preocuparía, planteó, que un empresario que desconociera el turismo quisiera abrir un hotel en un destino secundario y sin el apoyo de una operadora reconocida.
Hasta ahora los resultados en México han sido muy positivos, no hay problemas de cartera vencida y todavía hay muchas opciones para seguir desarrollando proyectos.
Interrogado por algunos problemas como la falta de seguridad jurídica en los títulos de propiedad y los litigios con ejidatarios en algunos destinos o la percepción de inseguridad que, según el INEGI, involucra a varios destinos turísticos relevantes, el ejecutivo insistió en que los mexicanos podemos ser muy ácidos.
Si bien puede haber retrasos burocráticos por temas medioambientales o destinos que enfrentan una situación de seguridad complicada, como hoy le pasa a Sinaloa, Iragorri dijo que México es percibido por muchos inversionistas foráneos como un país de oportunidades y por ello siguen viniendo.