Londres. El problema de la “turismofobia” es fácil de entender pero no resultará tan sencillo solucionarlo; porque detrás está la inconformidad de los habitantes de algunos destinos altamente populares que no se benefician por compartir sus espacios con millones de turistas.
Este martes en el World Travel Market, empresarios, ministros de turismo y expertos del sector analizaron este asunto que ha alcanzado momentos críticos, como cuando en Barcelona apareció en la calle un letrero que decía: “Los turistas son terroristas”.
En la llamada Cumbre que se organiza todos los años durante esta feria, estuvieron Taleb Rifai, el Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT); Gloria Guevara, presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) y Enrique de la Madrid, el Secretario de Turismo de México.
También Manfredi Lefebvre d´Ovidio, presidente de la naviera de cruceros Silver Sea y Elena Kountoura, ministro de Turismo de Grecia, entre otros asistentes.
Hasta ahora el problema de la turismofobia se concentra en destinos maduros, que reciben un número importante de cruceros y donde opera la “economía compartida” que la OMT denomina como plataformas electrónicas para reservar servicios turísticos.
Los casos clásicos son Barcelona, Venezia y Dubrovnik, donde ya se han gestado reacciones de rechazo a los turistas.
Rifai hizo una enfática defensa del derecho de las personas a viajar y vivir en los lugares que deseen, por lo que defendió las políticas migratorias que garanticen esas decisiones personales.
Sin embargo, también reconoció que los destinos tienen limitaciones de espacio, hospedaje, infraestructura y servicio; por lo que es importante que existan regulaciones que consideren todos estos elementos para garantizar una conveniencia adecuada.
También puso sobre la mesa algunas ideas de responsabilidad social, en donde las empresas de turismo apoyen que los habitantes también se beneficien de la llegada de los viajeros.
Entre ellas que los cruceros expidan vales canjeables en los puertos de cruceros, para que sus clientes puedan comer o disfrutas de las atracciones del lugar.
Hoy lo que sucede, abundó, es que los cruceros masivos permite que bajen tres o cuatro mil turistas que ya comieron a bordo y que en el mejor de los casos gastan en adquirir pocos objetos.
Lefebvre, fundador de una naviera en el segmento de lujo, dijo que sus viajeros generalmente son bienvenidos porque generan una derrama importante en los lugares que visitan.
Mientras que Kountoura refirió que ha trabajado con la OMT, para establecer estrategias para que los viajeros no sólo vayan a Grecia durante el verano sino para que lo hagan durante todo el año.
Ello ha permitido, dijo, que destinos muy populares como Santorini haya oferta de servicios prácticamente todos los meses.
Enrique de la Madrid consideró que en México todavía no existe la turismofobia, aunque algunas ciudades como San Miguel de Allende comienza a tener problemas debido a la gran afluencia de visitantes ciertas temporadas y días de la semana.
Desde su perspectiva la solución están en diversificar, ampliar la oferta de productos y ofrecer información para identificar todas las opciones que ofrece un destino.