Regresan a ver inversionistas el negocio del hospedaje

 
Alonso Gordoa
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Si las nuevas reglas de inversión de las administradoras de fondos para el retiro (afores) están detrás del crecimiento potencial que podrían tener los Fideicomisos de Inversión Especializados en Bienes Raíces (Fibras), lo cierto es que también se advierte un ambiente de recuperación en los proyectos hoteleros.



**Gilberto Riojas** es el jefe del grupo de desarrollo de resorts en México de Jones Lang LaSalle, uno de los grandes jugadores inmobiliarios a escala mundial y él sostiene que está regresando el apetito de los inversionistas por entrar al negocio turístico.

Aunque no volverán los precios de locura del pasado, que sorprendieron a los propios expertos, cuando millonarios estadunidenses ya no tenían una segunda, sino también una tercera, cuarta y hasta quinta residencia.

Riojas vivió ese boom en 2006 y 2007, y después de una propiedad en Estados Unidos, otra más en un destino de nieve y una tercera en la Toscana los adinerados vecinos del norte se compraban una residencia de cinco recámaras y 3.5 millones de dólares en Los Cabos.

Hubo casos en los que incluso cerraban transacciones tras ver la propiedad en internet y animados por la “advertencia” de que podían perder una oportunidad, si no la cerraban de inmediato.

Era la época, como ocurrió de hecho toda la década anterior, cuando las firmas hoteleras comenzaron a desarrollar residencias adjuntas con su marca y servicios, que después vendían en sumas tan importantes que incluso amortizaban el precio del hotel.

Un mundo feliz, en donde dichas compañías se quedaban con todo el negocio del hospedaje, sin tener que afrontar pasivos financieros.

La crisis que se desató con el crack de las hipotecas y los bancos en 2008, dieron al traste con toda esta situación y en los destinos mexicanos no sólo se frenó la construcción de nuevos hoteles, sino incluso las obras en marcha.

Hoy son los inversionistas mexicanos los que están viendo nuevamente con interés este mercado y, al menos en la experiencia de Riojas, quienes están tomando decisiones para invertir de nuevo en el desarrollo de hospedaje.

Los precios de los inmuebles siguen estando muy por debajo respecto al momento de la “locura” inmobiliaria y, además, la recuperación no ha sido igual en todas las regiones turísticas de México.

Además se percibe mesura entre los propios desarrolladores.

Si durante aquellos años de jauja la moda fue hacer inversiones de un millón de dólares por llave en busca del mercado que podía pagar habitaciones de 800 o mil dólares por cuarto-noche, hoy las miras están más abajo.

Pero también crece la conciencia de que los destinos mexicanos tienen grandes condiciones para el turismo, que podrían ser mejores si se eliminaran algunas trabas.



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