Si la necesidad de acotar la brecha entre los mexicanos ricos y pobres y una expectativa de crecimiento más acelerado a partir de los cambios que impulsa el gobierno de **Enrique Peña Nieto**, fueron los argumentos que evitaron una situación de enfrentamiento con los empresarios, al menos hay que asumir que algunos cambios fiscales se llevarán a cabo en un momento desafortunado.
Ya se han publicado, en este espacio, los compromisos de la Secretaría de Hacienda para acotar el impacto negativo de la reforma fiscal en algunos temas turísticos, como la tasa cero a extranjeros para congresos y convenciones, y el diferimiento del pago de impuestos de los tiempos compartidos.
Pero también la reforma fiscal impactará negativamente en otros ramos de la inversión inmobiliaria, concretamente en los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras).
Al respecto, Deloitte publicó un análisis que ha sido muy comentado entre los inversionistas turísticos y que, como preámbulo, establece que los cambios impulsados en materia fiscal aumentarán la carga para las empresas inmobiliarias, cuando la industria de la construcción tuvo un decremento de 3.53% al cierre del segundo trimestre contra el mismo periodo del año pasado, según el INEGI.
Sobre el caso concreto de los Fibras, la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) considera que fueron creadas para adquirir o construir bienes inmuebles destinados al arrendamiento o para tener el derecho a percibir los ingresos provenientes del arrendamiento.
Pero los Fibras también incluyen servicios adicionales al arrendamiento dentro de los ingresos que cobran, para los cuales no deberían incluirse los beneficios fiscales considerados en el tratamiento fiscal para estos fideicomisos.
Es así como surge el concepto de “rentas mixtas”, que incluye ingresos por arrendamientos y por la prestación de algunos servicios.
La reforma establece que dichos ingresos por servicios no pueden exceder el 5% de las rentas, so riesgo de perder los beneficios fiscales de este esquema.
Allí entran, por ejemplo, los esquemas de cobro a los comercios a partir de modelos mixtos que permiten compartir los riesgos y las ganancias, en función de las ventas.
Así es que uno de los modelos que más le están dando inversiones al turismo, probablemente se frenará o no crecerá a las tasas que se ha visto en los últimos años debido a esta versión de la ley.
La noticia no es buena para un sector que requiere más inversiones para que el país logre atraer un mayor número de turistas.
**Divisadero**
Nombramiento. **Guillermo Haro** ciertamente dejó la dirección de administración de Fonatur, aunque no para irse a la Procuraduría Federal del Consumidor, sino como titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, la Profepa, en lugar de **Francisco Moreno**.
