Desde que Gloria Guevara dejó de ser secretaria de Turismo, el primero de diciembre de 2012, nunca había vuelto a aparecer ante los reporteros, al menos no en México.
Ya en el transcurso de ese 2012 había comenzado a recibir muchas críticas por haber nombrado Pueblo Mágico a una cantidad enorme de localidades. Cuando recibió la Secretaría de Turismo había 32 y en los dos años siguientes elevó la cantidad en 50 por ciento, para agregar 35 más en 2012. Así, cuando se fue, el número quedó en 83, lo que representó un incremento de 159 por ciento durante los poco menos de tres años que duró al frente de Sectur.
Las críticas que se le hacían se centraban en dos acusaciones: había seleccionado los nuevos Pueblos Mágicos basada más en criterios políticos que técnicos; y, por lo tanto, muchas de las localidades seleccionadas no cumplían con los requisitos necesarios para ingresar a este programa federal. El enjuiciamiento arreció a su salida de la dependencia.
Como hemos comentado con anterioridad en este espacio, el descontento del mundo turístico llegó a tales niveles, que su sucesora, Claudia Ruiz Massieu, frenó los nombramientos y encargó un estudio a la consultoría EB Turismo, de Eduardo Barroso, experto en el tema y creador del programa Pueblos Mágicos.
Meses después, Barroso entregó un extenso documento cuyo diagnóstico incluía los siguientes puntos:
“Mientras que en 2010 Sectur destinó a Pueblos Mágicos el diez por ciento de sus recursos destinados a los estados, este porcentaje alcanzó el 22 por ciento en 2013.
“Lamentablemente, Pueblos Mágicos sufrió un crecimiento explosivo en 2011 y 2012, muchos fueron nombrados en los últimos meses de la pasada Administración.
“Este crecimiento permitió la incorporación de localidades que aún no estaban preparadas para ello.
“Asimismo, se violentaron las reglas de operación y se rebasó al Comité de Evaluación.
“El Programa se distorsionó, comenzó a ser cuestionado y perdió credibilidad.
“Hay 26 poblaciones que requieren ser revisadas para que profundicen su trabajo y puedan mantener su nombramiento de Pueblo Mágico”.
Hace un mes, Guevara acudió a Chetumal para dar una conferencia en el Foro de Turismo Cultural “Kultur”, en su calidad de CEO del World Travel & Tourism Council (cargo que recibió en agosto de 2017) y, al terminar, por primera vez en los últimos seis años concedió una rueda de prensa ante periodistas mexicanos.
Ahí se le cuestionó sobre las críticas a lo que hizo con los Pueblos Mágicos durante su gestión, a lo que, para sorpresa de los presentes, respondió de manera tajante que ella no autorizó ningún Pueblo Mágico porque estaba muy ocupada con otras responsabilidades, y dijo desconocer el estudio de Barroso al cual, no obstante, descalificó.
Explicó que cuando llegó a Sectur había un Comité, integrado por alrededor de 18 personas, del gobierno y la iniciativa privada, que hacía una evaluación muy rigurosa, analizando 70 requisitos para otorgar la denominación a las localidades aspirantes.
“¿Qué quiere decir esto? Que durante mi gestión ni un solo nombramiento lo di yo. Todas las autorizaciones las dio el Comité Técnico”, afirmó Guevara.
Y añadió: “Hubo un grupo de pueblos que había estado autorizado, que por mi agenda, porque yo tenía tres trabajos cuando estaba en el gobierno: era secretaria de Turismo, era la directora del Consejo de Promoción Turística y era la encargada del Programa de Marca-país, entonces al tener tres trabajos, pues tenía que dividir mi agenda, por eso viajaba mucho a nivel nacional e internacional, y a veces tenía que entregar dos o tres nombramientos el mismo día. Entonces, dentro de mis compromisos fue tratar por lo menos de entregar el cien por ciento de los pueblos que el Comité, que le invirtió muchísimo tiempo y trabajo, evaluó y autorizó”.
Respecto al diagnóstico de Barroso, simplemente comentó: “Sobre el reporte que hizo Eduardo, o no hizo, en verdad lo desconozco. El programa que relanzamos fue muy diferente al original que construyó Eduardo; tal vez lo criticó porque no era el suyo, porque este era un programa mucho más completo, (el de él) traía muchas otras variables que yo cuestioné por mi experiencia en el sector privado” (Guevara había trabajado en Sabre).
Por último, sostuvo que, ante el nuevo gobierno que se aproximaba, le pareció injusto que algunos nombramientos pendientes se quedaran volando: “sobre todo porque iba a haber un cambio de gobierno y, como desafortunadamente pasa, no te enfocas en lo técnico, sino en lo político y congelas todo lo anterior asumiendo que estuvo mal”.
Esta es la largamente esperada explicación de Gloria Guevara. Que cada quien saque sus conclusiones.