Pierde relevancia AmEx en la venta de viajes en México

 
Alonso Gordoa
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Mientras American Express (AmEx), la firma que dirige en México Helio Magalhaes, pregona en sus campañas la frase “Libera el potencial”, lo cierto es que también se sigue “liberando” de varios segmentos del negocio turístico.



Primero, perdió Royal Caribbean, cuya operación representaba en el país; después Lorenzo Salsamendi compró las agencias que operaba directamente y ahora tiene por negociar parte de su cartera en el sector turismo.

Ello no significa que le vaya mal en México, pues su core business, que son las tarjetas de servicio, siguen creciendo tanto en el mercado corporativo como en el de las personas físicas.

Pero si hay que rastrear cómo la firma del Centurión se ha ido haciendo cada vez más pequeña en el negocio de los viajes, hay que aludir a las siguientes razones:

1. Perdió hace años la oportunidad de entrar como líder al negocio de las agencias de viajes por internet y cuando se planteó hacerlo ya era demasiado tarde.

2. Su estructura extremadamente pesada, ha sacado a esta firma de un mercado que cambia a un ritmo mucho más rápido.

Digamos que es la otra cara de una misma moneda, pues si bien sus procesos son extremadamente confiables, ha perdido grandes oportunidades negociando autorizaciones en los distintos estratos de la firma.

3. Se volvió más cara sin ofrecer nada a cambio. Es verdad que siempre se manejó como una opción elitista, pero ahora el público percibe que en el terreno de los viajes le cobran mucho y no recibe nada a cambio por su dinero.

4. En el mismo sentido del comentario anterior, su menor penetración en el mercado le ha hecho perder la capacidad de negociación que tenía con los prestadores de servicios turísticos, por lo que son cada vez menos las ventajas que les ofrece a quienes están dispuestos a pagarle porque organice su viajes.

Al final de la historia, American Express seguramente pronto dejará de ser el referente como la agencia de viajes más grande de México.

Divisadero

Nuevos mercados. Aunque toda la historia de los mercados emergentes no parece capaz de compensar la caída del mercado estadunidense, hay empresas que sí han capitalizado esta situación.

El hotel Coral Beach de Cancún, por ejemplo, ya logró que ocho por ciento de su ocupación sea de rusos y nueve por ciento de chinos.

IATA. Dicen que la decisión oficial no ha sido tomada, pero todo mundo sabe que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) está a punto de cerrar sus oficinas en México, para concentrar sus operaciones en Miami.

Aquí hay otro ejemplo de una organización que hace más de un lustro no supo medir los cambios que se avecinaban en el mercado de turismo.



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