Este domingo son las elecciones presidenciales y aquí se incluye una síntesis apretada sobre las propuestas turísticas de los candidatos para tomarlas en cuenta a la hora de votar.
Andrés Manuel López Obrador, el candidato de las izquierdas, propuso establecer la “norma de prioridad turística”, para alinear los esfuerzos de todas las dependencias públicas al propósito de impulsar este sector; reestructurar el Consejo de Promoción Turística, al Fondo Nacional de Fomento al Turismo y a los Centros Integralmente Planeados (CIP).
También abrir un nuevo aeropuerto en Tizayuca, Hidalgo, e impulsar la construcción del tren rápido de Cancún a Palenque, con estaciones en Chichén Itzá, Mérida, Uxmal y Campeche.
Éste último, por cierto, podría costar una fortuna como para arrancar un proceso de endeudamiento del país, como el que provocó Luis Echeverría.
Por su parte el priista Enrique Peña Nieto firmó 25 compromisos por el turismo que representan 10% del total durante su campaña.
Entre ellos construir un tren transpeninsular que conecte Mérida, Yucatán, con Quintana Roo; la rehabilitación del centro histórico de San Luis Potosí o la construcción del centro de convenciones de Torreón y la conclusión del de Aguascalientes.
También ofreció devolverle a Acapulco el Tianguis Turístico por lo menos una vez cada dos años y rescatar el Acapulco tradicional.
Sin embargo, evitó entrar en discusiones como la autonomía o no del Consejo de Promoción Turística o la reestructuración del Fondo de Fomento al Turismo.
Gabriel Quadri lanzó como gran opción convertir a México en el primer destino turístico de aventura y naturaleza, un segmento que si bien muestra elevadas tasas de crecimiento es tan pequeño que, incluso si se cumpliera con esta oferta, los ingresos seguirían siendo menores al compararlos con otros nichos como sol y playa, negocios o cultura.
Josefina Vázquez Mota, del PAN, planteó entre sus propuestas turísticas más relevantes impulsar una reforma laboral acorde a las necesidades del sector y un proyecto piloto para impulsar la preinternación a Estados Unidos.
También cambiar el régimen fiscal de la banca de desarrollo para que pueda financiar a las pymes turísticas y revisar las cargas fiscales de los boletos de avión.
Además de convertir a México en una potencia en turismo médico y como destino de segunda residencia.
Su visión empata, casi perfectamente, con las peticiones que le hicieron los empresarios turísticos organizados en torno al Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET).
Quizá el aspecto preocupante sea que sus colaboradores más cercanos en el tema turístico, ya tuvieron su oportunidad en la Sectur y no lograron que esta actividad creciera por encima de las tasas promedio a nivel mundial.
Quienes voten pensando en el turismo, aquí tienen algunos elementos para reflexionar.
