Otro país con tipos de cambio formales y “por debajo de la mesa”

 
Nallely Campos
hrs.

ENSENADA.– Durante cinco días de viaje por Mexicali, Tecate, Tijuana, el Valle de Guadalupe y Ensenada; ya es casi una obsesión observar la paridad peso–dólar en las casas de cambio de todas estas ciudades fronterizas.



Y es que, para empezar, se han vuelto populares los anuncios luminosos en números rojos que puntualmente señalan: tanto a la venta, tanto a la compra y abajo “no se cobra comisión”.

El hecho es que mientras los expertos en temas cambiarios del Banco de México, cuyo gobernador es **Agustín Carstens**, se “juegan el físico” todos los días para evitar que el peso se dispare hasta las nubes, acá los modestos cambistas de la frontera ofrecen permanentemente dólares más baratos.

Vaya, durante estos cinco días en por lo menos dos ciudades el precio de venta ha descendido, aunque sea momentáneamente, por debajo de la línea de flotación de 16 pesos, no mucho como a 15.90, mientras que la paridad oficial era de más de 17.

Para no ser exagerados, la diferencia ha sido de entre 95 centavos y 1.10 pesos, así es que si la “regla de tres simple” no se equivoca, el dólar cuesta en la frontera como entre cinco y seis por ciento menos, respecto al que ofrece el sistema bancario.

Vaya, no hay que irse tan lejos. Con los contactos adecuados, algunas casas de cambio de la Ciudad de México ofrecen precios similares, siempre y cuando el cambio se haga contra billetes de cinco, diez y 20 dólares, algo así como “morralla” en papeles generalmente viejos.

Tampoco hay que ser un genio económico para entender que todo esto es otra consecuencia de los incentivos perversos que generó la Reforma Fiscal, para “moverse” en efectivo.

¿Quiénes pueden usar esos fajos de billetes sin ser revisados? Pues los viajeros que van al extranjero y que no tienen que declarar, a menos de que pretendan salir con diez mil dólares o más.

Mientras que el incentivo de las empresas para vender sus dólares baratos, es no pasar por los registros formales.

Historias como ésta, han llevado a Argentina a tener cinco tipos de cambio distintos, incluido el dólar blue que vale como 40% menos que el dólar oficial.

Por lo pronto en México, seguramente, este juego puede afectar la calidad de la información financiera con la que Banxico toma decisiones y en lo que se refiere al turismo le está dando un poder marginal al consumidor.

Un elemento que debería ser tomado en cuenta por las empresas orientadas al turismo nacional que hacen “cuentas alegres”, según las cuales los viajeros mexicanos van a salir mucho menos en el invierno o en la próxima Semana Santa.

Esta devaluación ha sido muy peculiar y, lo más importante, es que la inflación no se ha disparado.

Así es que ojalá Banxico siga tomando las decisiones adecuadas para cumplir eficazmente con su tarea, aunque ciertamente hay elementos que no están corriendo por las carreteras de la comunicación oficial.



hrs.

Periodista especializada en turismo

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