SALÓN TIC por Arturo Velásquez
Con la pandemia de Covid-19 hemos tenido que prestar atención a situaciones que antes pasaban inadvertidas y crear nuevas formas de interacción. En el día a día, llevamos a cabo una gran cantidad de acciones que pueden favorecer el contagio del virus. En los hogares el riesgo es bajo y controlable, al poner atención en los objetos y las personas que llegan del exterior, pero al desplazarse fuera de casa los riesgos se elevan considerablemente. Abrir y cerrar puertas, utilizar un ascensor, retirar dinero en un cajero, ver la carta en un restaurante son acciones cotidianas, que ahora tendremos que aprender a hacer con precaución.
Según la Organización Mundial de la Salud, mantener las manos libres de contacto y limpias, es uno de los pasos más importantes que debemos seguir para evitar contagiarnos o contagiar a otros. De acuerdo con estudios recientes, se afirma que el coronavirus puede sobrevivir en superficies duras como el plástico y el acero inoxidable hasta 72 horas y en cartón hasta 24 horas.
La tecnología actual nos permite nuevas formas de interacción con nuestro entorno sin necesidad de un contacto físico. Muchos negocios, como hoteles y restaurantes tendrán que hacer un uso creativo de estas, para volver a abrir con seguridad y generar confianza en sus clientes.
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Por ejemplo, el concepto de “eye tracking”, basado en una tecnología de seguimiento ocular que suele usarse para estudiar el comportamiento visual de un usuario al visitar un sitio web, ahora, podría encontrar aplicaciones para interactuar con diversos dispositivos en forma natural y sin contacto, solamente con la mirada, permitiendo operar un ascensor, un cajero automático, o equipos más especializados en ambientes laborales. Para hacer clic, hay varios “gestos” posibles, como mantener la mirada fija en un punto por algunos instantes o hacer un parpadeo. Así que posible que próximamente tengamos que cerrarle el ojo al cajero automático para que nos de dinero…
El reconocimiento de voz y el reconocimiento facial aún con mascarilla, del cual ya se han desarrollado varios algoritmos, son otras tecnologías que podrían contribuir a evitar el contacto con objetos.
Los menús en los restaurantes tendrán que descargarse al teléfono personal, siguiendo un QR localizado en la mesa, que tenga facilidades para identificarnos, ordenar y pagar desde el mismo dispositivo. Algunas empresas incluso anuncian explorar el uso de robots para llevar los platillos a las mesas.
Las interacciones con pantallas táctiles y botones, con las que tardamos algunos años en sentirnos cómodos, podrían estar llegando a su fin.
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